Dejar la deuda financiera a cero. Ese es el horizonte que maneja el Concello de Bueu para un ejercicio 2019 en el que quiere dar un paso más en su política económica al amortizar por completo el plan de pago a proveedores suscrito en el año 2012 y que en su caso ascendía a 1.059.000 euros. El ambicioso objetivo permitiría liberarse de las ataduras del citado plan y tener algo más de flexibilidad a la hora de afrontar inversiones con fondos propios, algo que anhelan los rectores municipales habida cuenta del superávit logrado en los últimos ejercicios presupuestarios.

"Posiblemente esteamos ante o último exercicio no que teñamos débeda financieira", anuncia el alcalde buenense, Félix Juncal, que recuerda que "nos últimos anos temos constatado o equilibrio das contas municipais, con saldo positivo e superávit presupuestario". Precisamente esta buena marcha económica es la que ha permitido ir amortizando cantidades importantes de su deuda financiera. De hecho, 2017 finalizó con un remanente positivo de tesorería de 219.000 euros, que se reinvirtieron en enjugar una deuda que a 31 de diciembre de este año se quedaría en unos 370.000 euros.

Los primeros cálculos realizados por el concejal de Facenda, José Cuervo, apuntan a que en 2019 se podría liquidar la deuda o, en todo caso, dejarla en una cantidad puramente testimonial para 2020. "Cremos que se se volven repetir estes resultados no exercicio 2018, algo que saberemos nas primeiras semanas de 2019, poderiamos estar de novo ante outro escenario de remanente positivo", anuncia Juncal. Y esto supone que, además de la cantidad consignada anualmente para amortización de deuda en los presupuestos -y que contemplarán también los de 2019- habrá un remanente de tesorería que irá también a idéntico fin. "Se non se finiquita no 2019 a cantidade que restaría será moi pequena", señala el regidor, que añade que esto supone "adiantar en catro anos o prazo da amortización de débeda suscrita polo concello no seu día".

Por encima de otro tipo de consideraciones, la eliminación de la deuda financiera supone cumplir con los objetivos del plan de ajuste y quedar completamente liberado de las restricciones que este impone a los concellos que lo tienen suscrito. En el caso de Bueu, Juncal destaca que el concello podría acometer operaciones de crédito que permitan una mejor planificación en la distribución del gasto. "Ao cabo do ano hai pequenas actuacións que se financian con recursos ordinarios, cando realmente son investimentos. E se poderían acometer a través de operacións de crédito", explica el alcalde.

Trabajar con límites

Juncal subraya que aunque la salud económica del concello buenense es buena y existe superávit "iso non significa que poidamos gastar na mesma medida xa que estamos traballando cuns límites". Uno de ellos es el mencionado plan de ajuste con el plan de pago a proveedores, y el otro es la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que establece un techo de gasto a los concellos.

Liberarse de la primera de estas ataduras supone un respiro. Las inversiones denominadas financieramente sostenibles -y que suponen una parte importante de las que el concello realiza a lo largo de cada ejercicio- podrían financiarse a través de operaciones de crédito y no computarían en el techo de gasto, lo que daría más margen al concello para acometer actuaciones.

Además, al saldar la deuda los posibles remanentes positivos de tesorería que se generen cada año podrían reinvertirse en diferentes actuaciones. En definitiva, como apunta Juncal, "poderiamos estructurar o gasto municipal de xeito distinto".