"El picudo está instalado en Galicia desde 2012 y era entonces cuando había que actuar. Al no haberlo hecho, el insecto se ha consolidado y ahora estamos luchando contra la naturaleza". La concejala de Medio Ambiente de Cangas, Tania Castro, resume de esta manera lo que está ocurriendo con la treintena de palmeras de la alameda nueva o Xardíns do Sinal que el Concello ha empezado a sanear y dejará sin palmas, incluso tendrá que talar las que mueran, para intentar controlar la plaga de este insecto coleóptero que ya dejó sin palmeras la alameda histórica o Xardíns de Félix Soaxe. En febrero de 2017, el Concello taló las tres últimas palmeras de esta alameda vella, de unos 17 metros de altura y que eran todo un emblema del frente marítimo de la localidad.

Es el camino que llevan las 31 de las 36 palmeras de la alameda nueva, en donde a lo largo de los últimos meses ya fueron taladas 5, y que son las plantas predominantes en estos jardines. La mayoría de ellas (31) son de la especie datileras, a las que más afecta el picudo; y 5 son de la especie canaria, a la que el gorgojo tarda más en atacar.

Por el momento, tal y como señala la concejala de Obras, Mercedes Giráldez, que está coordinando los trabajos encargados a la empresa de jardinería que realiza la poda en todo el casco urbano, lo que se hará es dejar sin palmas los ejemplares. Prácticamente todas las palmeras, salvo dos o tres, están atacadas por el picudo, en mayor o menor grado. Señala que las que están todavía bien serán sometidas a una poda y las que están ya muy afectadas, que son las más altas y delgadas, serán sometidas a una poda muy grande.

En muy mal estado pueden estar cinco, según señala la concejala, que son las que perderán todo el cogollo y de las que quedarán únicamente el tronco. En estos ejemplares se colocará un líquido para acabar con el picudo que ya está cobijado en el tronco y que al verse sin comida se trasldaría a otras plantas. Este insecto gorgojo suele perforar galerías de hasta un metro de longitud en los troncos de la palmera en donde se alimenta de los tejidos más tiernos de laplanta que acaba matando.

Por el momento, el Concello desconoce cuántas palmeras podrán resistir el ataque, aunque no hay muchas esperanzas porque si bien el picudo daña menos a la palmera canaria, acaba finalmente saltando a ella.

Mercedes Giráldez reconoce que los jardineros locales ya habían advertido de la presencia del picudo en las palmeras de la alameda, pero el pasado fin de semana cayeron varias palmas al suelo, por el efecto del insecto, y la Policía Local advirtió de que podría suponer un problema de seguriad en estos jardines, muy frecuentados por gente y en donde esta el principal parque infantil de la localidad. Por esta razón, se decidió actuar de esta manera.

Mercedes Giráldez recuerda que el gobierno local había presentado a una orden de ayudas de la Xunta la mejora integral de la alameda que incluía, además del saneamiento, canalizaciones, riego y nuevo pavimento, pero fue rechazado. Sin subvención, lo que hace ahora el Concello es empezar por ese saneamiento de las palmeras que también se extenderá a otros árboles que están muy crecidos y que se van a podar. Posteriormente, " y poco a poco", señala la edil, confían en poder realizar el riego y la nueva pavimentación.

Por su parte, la concejala Tania Castro, ue siempre se encargó de los trabajos para combaitr este picudo, asegura que la intención del Concello es sanear las palmeras y no cortarlas. Añade que hay que limpiar el cogollo de las plantas que es donde están la larvas, para que, una vez que el insecto se encuentre sin comida, se marche. Para evitar que salte a otras palmeras, se colocará un líquido insecticida y se podarán las que no se puedan salvar. Castro, sin embargo, confía en que se puedan salvar la mitad de la plantas, aunque es una lucha complicada. De hecho estos días dice que se tendrán que talar otras dos palmeras en el colegio de Coiro que suponen un peligro para la comunidad educativa.

En diciembre de 2016, la plaga del picudo ya se había llevado por delante, al menos, siete palmeras en Cangas, la gran mayoría centenarias, como las de la alameda vella. Por aquel entonces, la empresa de jardinería contratada ya dudaba de que las palmeras de la almeda nueva se pudieran salvar porque aunque se vieran bien externamente, la larva ya podía haber empezado a perforar la galerías. Castro aseguraba entonces que el elevado coste del tratamiento insecticida -25.000 euros anuales, unos 600 euros por palmera- hacía imposible al Concello la posibilidad de poder llevar a cabo este tratamiento de choque.

Desde el Concello ya se había ordenado talar, entonces, las tres palmeras del entorno de la casa consistorial y a comienzos de 2017 taló dos centenarias de la alameda vella, además de otra más pequeña en los Xardíns de Andreita, frente a la casa consistorial.