Una delegación de El Salvador vinculada con la pesca pudo conocer ayer de primera mano cómo se trabaja en Galicia y cuáles son algunas de las especies más representativas en estas latitudes. Fue durante una visita a la lonja y al puerto de Bueu, dentro de una gira organizada por el Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar) y que forma parte de un proyecto para mejorar las condiciones de trabajo de los pescadores artesanales de este país centroamericano. Las dos personas que se desplazaron a la localidad de O Morrazo pudieron recorrer las instalaciones de la lonja, plaza de abastos, varadero y responsables de la cofradía de pescadores les explicaron aspectos relacionados con la subasta, trazabilidad y comercialización de los productos que extrae la flota artesanal.

La delegación salvadoreña estaba integrada por el presidente de la Federación de Cooperativas de Producción y Servicios Pesqueros La Paz (Fecopaz), Manuel Antonio Martínez Rojas, y una joven Merly Liseth Urquilla, alumna de un taller formativo impartido en el país centroamericano con expertos del Cetmar para desarrollar un nuevo modelo de embarcación que mejore las condiciones de la actual flota.

La visita de ayer a Bueu se orientó a conocer cómo trabaja la flota pesquera artesanal gallega y cuáles son sus principales recursos, entre otras cuestiones. A los visitantes les llamó la atención la importancia comercial de especies como el pulpo o el erizo de mar. La impresión general es que en su costa hay una mayor diversidad, pero con una diferencia importante. "Nosotros trabajamos en el Pacífico, no en el Atlántico y por eso cambian algunas especies. Con la de Bueu son ya tres lonjas las que hemos visitado, por lo general las especies se mantienen y creo que allá tenemos más diversidad. Pero acá tienen buenos precios y se valoran sus capturas, mientras que nuestros productos están decaídos y no se valoran. Ese es uno de los aspectos en los que tenemos que trabajar mucho, mucho", explicaba el presidente de Fecopaz.

Otra de las diferencias detectadas es la importancia del apoyo institucional al sector de la pesca a través de iniciativas como los GALP, con fondos de la Unión Europea, que permite la dotación de medios para mejorar su trabajo y la comercialización de los productos pesqueros.

La delegación de El Salvador está formada por una tercera persona, el alcalde de Zacatecoluca, que ayer no pudo estar en Bueu debido a que estos días sufrió un accidente. El objetivo principal de este proyecto financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aecid) y la Xunta de Galicia a través de Cooperación Galega es la contrucción de un nuevo modelo de embarcación para la flota de El Salvador. "Los barcos allá son también de poliéster, pero con una comodidad bien mínima para el pescador: sin techo, más pequeños, más bajitos, sin halador...", explica Martínez Rojas.

Este proyecto de cooperación ha permitido diseñar un prototipo de embarcación más manejable, un diseño que ya se ha trasladado a un modelo y molde gracias a un taller formativo que contó con asesores del Cetmar. En la construcción participaron diez alumnos, siete hombres y tres mujeres, con lo que también se pretende mejorar el acceso al empleo de los beneficiarios de esta iniciativa."La primera fase ya está, con el casco. Ahora nos queda la segunda, que sería el armado y terminado de la propia embarcación. El objetivo sería luego implementar este nuevo modelo en las cooperativas a través de Cendepesca [un departamento del gobierno salvadoreño] ya que sería un barco en el que los pescadores se sentirían más seguros, más espacioso, e incluso más descansado porque las de ahora no tienen halador", cuenta Martínez Rojas.

"Yo me siento muy orgullosa y privilegiada por hacer esa formación. Lo que se busca es mejorar la flota artsanal de mi país, haciéndola más segura. Este nuevo tipo de embarcación va a ser un cambio radical", decía a su vez la joven Merly Liseth Urquilla.