El IES María Soliño luce ahora más bonito. El mural diseñado por alumnos del centro escolar dentro del programa "DepoRúARTE. Pintando alternativas" se presentó ayer descubriendo cómo los jóvenes de la rama artística del instituto conciben la convivencia respetuosa entre el ser humano y su entorno.

El alumno David Calvar fue el encargado de transmitir durante el acto las impresiones y valoraciones del grupo que colaboró en la realización del mural: "Foi unha boa experiencia para ver realmente como é o arte e como se transmite". A pesar de que el balance resultó "positivo", los participantes lamentaron "o pouco espazo que finalmente ocupa o mural e tamén a pouca interacción que puidemos ter con Noemí Núñez -artista coordinadora do proxecto-". El resultado del trabajo cumplió las expectativas de un alumnado que espera "repetir" aunque no se reflejaron todas sus propuestas en el lienzo: "Quedou moi bonito, aínda que hai cousas que non se corresponden de todo co esbozo", apuntó Calvar.

La presentación estuvo amenizada por la actuación musical de dos alumnas en colaboración con el profesor Julio Abal y contó con la asistencia de todos los implicados en el proyecto, la diputada Digna Rivas, el edil Xoán Chillón y la vicedirectora del centro Susana Otero.

Un proceso intenso y guiado

El IES María Soliño de Cangas fue uno de los diez centros escolares de la provincia elegidos para participar en la tercera edición del programa "DepoRúARTE. Pintando alternativas". La iniciativa, promovida desde la Deputación de Pontevedra, persigue, tal y como presentan desde la institución provincial "educar na arte urbana á xente máis nova, para que poida diferenciar entre o que é arte -que está a deixar unha pegada significativa en cidades como Lisboa ou Nova Iorque-, e o que é vandalismo urbano".

El primer paso fue que los casi 60 alumnos que participaron en el proceso artístico -de 1º de Bachillerato en el tercer trimestre del curso pasado y como alumnos de 2º, un grupo más reducido de Artes Plásticas en el presente curso- recibiesen la formación necesaria para identificar de manera correcta todos los conceptos relacionados con el arte como herramienta de expresión social.

Posteriormente, se organizaron unas jornadas de debate en las que los estudiantes decidieron el tema a representar. Los humanoides y su irrupción en la naturaleza fue la elección final. Así, el mural recrea una convivencia respetuosa entre los seres humanos y su entorno. "Todos somos diferentes, non robots e podemos vivir sen destruír a natureza", explica Montse Logroño, jefa de estudios del instituto, en relación a la idea que refleja el mural. "A arte pode ser efímera pero constructiva", apunta en la línea del programa educativo de desmarcar la expresión artística del vandalismo.

La artista Noemí Núñez, con la colaboración de personal del IES María Soliño, fue la encargada de guiar a los alumnos durante el proceso creativo. Durante la presentación, Núñez quiso "agradecer aos alumnos a participación e a implicación". También lamentó que el proceso fuese "corto, aínda que moi intenso" y deseó que el trabajo realizado sirviese a los jóvenes "para os proxectos futuros".