-¿Qué le parece el estado actual del Parque Nacional de Doñana?

-Doñana está mal. Ha sido presa de los distintos partidos políticos y también agoniza. Lo que deberían hacer los de Doñana, los de Antela y los del mar de Castilla, en Palencia, entre otros, es unirse para reivindicar que se vuelva a restaurar estas zonas de enorme interés biológico y cultural. Date cuenta que sucede lo que la gente deja que suceda. En Galicia se han plantado eucaliptos por los motivos que se han plantado, y se ha destruido Antela entera sin que nadie moviera un dedo. Ahora, por suerte, empieza a haber una reacción, pero Antela pienso que es fácil de recuperar.

-¿Por qué piensa que A Rapa das Bestas está en peligro de desaparecer?

-Hay que luchar por mantenerla porque existen unas demandas a nivel del Tribunal de Derechos Humanos de Luxemburgo interpuestas por varias asociaciones, que vienen motivadas porque una errónea transcripción de la normativa comunitaria dio lugar a que estos animales sean tratados como si fueran animales tabulados, cercados, con chips y demás.

-¿Qué le parece la labor de Sabucedo con la Rapa?

-Me parece algo esencial porque hay que pelear como sea para conservarlo. Hay que apoyar las demandas en el tribunal europeo para obligar a que se legisle de nuevo como pasó con los renos en Laponia. Los lapones ocupan la Laponia rusa, finlandesa, sueca y noruega, y viven de los renos. Con una legislación similar a la de los caballos le estaban matando la vida a los lapones, y recurrieron y lo ganaron. Se trata de un magnífico precedente, y a ver si conseguimos que este conjunto de caballos primitivos, lobos y rapa tan ancestral se siga manteniendo vivo en Sabucedo, pero también en otros distintos lugares repartidos por todo el resto del territorio de la comunidad de Galicia.