La conserva y la transformación de los recursos del mar forman parte de la identidad de Bueu. Las excavaciones realizadas a principios desde el año 2000 en el Pescadoira demostraron que la relación entre Bueu y el mundo de la conserva es muy anterior a la llegada de los fomentadores catalanes. Esa unión se remonta al menos hasta la época del Imperio Romano, lo que casi permite decir que esta industria forma parte del ADN de Bueu. Una parte de ese pasado se podrá ver desde el próximo 31 de octubre en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), en Madrid, en la primera exposición itinerante del proyecto "Galaicos, un pobo entre dous mundos".

Los elementos que formarán parte de esa muestra son la reconstrucción de una de las ánforas que se fabricaban en el centro alfarero que operaba en Pescadoira entre el siglo II y IV después de Cristo y un peso, una pieza maciza que se utilizaba para prensar el pescado. Las piezas ya han salido desde Bueu rumbo a Madrid y la directora del Museo Massó, Covadonga López, estará en los próximos días en el MAN para estar presente en su desembalaje y colocación. La exposición está organizada por la Diputación de Pontevedra a través de Turismo Rías Baixas, que solicitó la colaboración del museo bueués para los contenidos de uno de los ejes del discurso expositivo, titulado "Na esfera de Roma: Gallaecia".

Los investigadores constataron que en Pescadoira se fabricaban dos modelos de ánforas, bautizadas como San Martiño tipo uno y dos. Inicialmente se pidió la cesión de las dos reconstrucciones, que se realizaron tomando como base restos originales hallados en las excavaciones. Finalmente lo que se decidió es ceder uno de los modelos para la exposición en el MAN y el otro para la que se inaugura en marzo el Museo de la Prehistoria de Valencia. "Son dos elementos cruciales en nuestro discurso expositivo y no podíamos estar tanto tiempo sin las dos", explican desde la dirección del Museo Massó.

La más espectacular

La que se podrá ver en Madrid es la tipo dos, que es el ánfora más grande. Se trata de un envase cilíndrico de grandes dimensiones con asas macizas y que siempre tenía un fondo en forma de pivote, un elemento para facilitar su transporte y manejo, tal como explica el arqueólogo e investigador Adolfo Fernández en "O mundo antigo no Museo Massó. O centro oleiro romano de Bueu". Esta es la más espectacular de las piezas tanto por sus dimensiones -unos 90 centímetros de altura- como por el hecho de que la reconstrucción emplea mayoritariamente restos originales, con hasta 85 fragmentos procedentes de las excavaciones de Pescadoira, en el lugar que antiguamente ocupaba la conservera de Alonso. Los huecos se completaron con resina, mientras que para el pivote del fondo fue necesario realizar un molde en escayola que luego se unió al resto del ánfora.

Los investigadores estiman que este modelo debía pesar entre 60 y 70 kilos cuando estaban llenas de pescado y debido a sus dimensiones lo más probable es que se fabricasen para el transporte de media y larga distancia. El envase San Martiño tipo uno era más pequeño, de fondo plano, con unas asas en el cuello y posiblemente estaba pensada para el mercado regional. Estas dos clases de recipientes hacen pensar que algún momento, posiblemente en los albores del siglo IV, hubo un salto en la producción y se hacían necesarias ánforas de mayores dimensiones para exportar los recursos del mar.

Espacio de prestigio

La cesión de esta pieza para "Galaicos, un pobo entre dous mundos" y su presencia en un espacio de tanto prestigio como el Museo Arqueológico Nacional "es un gran escaparate, posiblemente el mejor para piezas de arqueología, que estarán en la mejor compañía posible", explica Covadonga López de Prado.

Esta exposición tendrá varias paradas, que incluyen el MAN en Madrid, el Museo de Prehistoria de Valencia y el Museo Nacional d´Arquelogía de Catalunya, que incluirán ligeros cambios. En la muestra de Madrid estarán el ánfora tipo dos y un peso de salazón romana, mientras que en Valencia la representación del Museo Massó será el ánfora San Martiño tipo uno. La última estación del recorrido será en el Museo de Pontevedra y cuando llegue ese momento se valorará cual de las piezas se cede. De todos modos, durante estas exposiciones el Museo Massó no se quedará completamente huérfano de sus ánforas. El Concello de Vigo organizó en su día una exposición titulada "Emporium. Mil anos de comercio en Vigo", que incluía sendas réplicas de estas dos tipologías de ánforas. El concello vigués, a través del Museo de Castrelo, ha autorizado la cesión temporal de esas reproducciones.