Una cadena humana con personas de todos los colores. Dos manos uniendo sus mundos. Una enfermera trabajando. Un dibujo contra el muro con el que Donald Trump quiere endurecer la frontera entre Estados Unidos y México. Una gran mancha negra con un pequeño punto de luz. O rostros, tres rostros: Nelson Mandela, Gandhi y la joven paquistaní Malala, que sufrió un atentado de los talibanes por ir a la escuela. Son algunas de las ideas que los más pequeños asocian al concepto de Derechos Humanos, tal como se puede ver en la exposición inaugurada ayer en Bueu. Diseños que aluden a la igualdad y no discriminación, el derecho a la educación, a la libre circulación de personas.

Si la defensa de los Derechos Humanos dependiese de ellos el futuro sería mucho más que esperanzador. La prueba está en esos casi 240 dibujos que se exponen desde ayer en once espacios públicos de Bueu, unos trabajos en los que niños y niñas de entre 4 y 14 años plasman su particular visión sobre los derechos que cualquier se humano debería tener garantizados. "No es solo que los asimilen, sino que estas generaciones ya vienen con ese chip incorporado. No les entra en la cabeza que existan diferencias por el hecho de que una persona sea blanca o negra o que una mujer no cobre lo mismo que un hombre", explica el ilustrador Marc Taeger, que fue el coordinador del taller de arte organizado entre la asociación de vecinos de Banda do Río, Fundación Cristóbal Gabarrón y Diputación de Pontevedra. Ahora el objetivo debería ser que esos valores que parecen tan sólidos y contundentes a esas edades no cambien cuando crezcan, sino que se consoliden y refuercen.

La igualdad entre sexos, etnias o religiones; el acceso a la sanidad o a la educación; a tener una familia; a la libre circulación, entre otros, son quizás los derechos con mayor representación entre los 239 diseños recogidos en el taller artístico celebrado el pasado 29 de septiembre. Las maneras de reflejarlos fueron de las más variadas y en muchos casos con un marcado carácter abstracto, sobre todo entre los más pequeños. "Hay que tener en cuenta que los más pequeños no sabían lo que eran los Derechos Humanos hasta las charlas que organizamos de manera previa. Hay dibujos que son tan abstractos que es difícil saber lo que representan. Hay por ejemplo uno que son varias personas pintadas en diferentes colores, que parece significar que todos somos iguales", explican. Los hay más conceptuales, como el folio pintado todo en negro, salvo un pequeño punto de color. "Parece que quiere decir que las cosas están bastante mal, pero que hay un rayo o una luz de esperanza, que son los Derechos Humanos", apunta Marc Taeger.

Durante estas semanas se ha intentado agrupar estos trabajos por temáticas y se han repartido por once lugares del municipio para dar forma a una especie de ruta por los Derechos Humanos. La sala Amalia Domínguez Búa -donde ayer tuvo lugar la inauguración oficial-, salón de plenos del Concello, Centro Social do Mar, planta alta de la plaza de abastos, Museo Massó, astillero de Banda do Río, centro de salud y los colegios de A Pedra, A Torre, Beluso y Virxe Milagrosa. La manera de representar y, especialmente, la interpretación de esos derechos universales, es muy diferente según las edades de los niños y niñas. "Por ejemplo, los más pequeños entienden el derecho a viajar y a la libre circulación de una manera más vinculada al ocio, mientras que los mayores ya lo asocian a los refugiados", cuenta Marc Taeger.

De todos los dibujos presentados serán alrededor de 70 los que se envíen a Ginebra para el concurso internacional convocado por la ONU. Son los elaborados por los jóvenes entre 10 y 14 años, mientras que el resto pasarán a formar parte de la pinacoteca infantil del Museo Reina Sofía de Valladolid. "Es una pena que no participasen más jóvenes entre 10 y 14 años. A los más pequeños es fácil motivarles, pero a ellos no tanto. Creo que es un problema del sistema educativo, donde se le da poca importancia a meterias que desarrollan la creatividad, como la plástica o la música", argumenta Taeger.

Aún así esta ruta inaugurada ayer supone un potente mensaje de los más jóvenes al resto de la sociedad, una llamada de atención en toda regla. "Todo el mundo puede aprender algo de esta muestra. Seguro que hay muchos adultos que no sabían cuáles son los Derechos Humanos o que son 30", subrayan desde la organización.

Actos en diciembre

La exposición se podrá visitar hasta el próximo 26 de octubre. Después de esa fecha los trabajos originales se enviarán a Ginebra -ya se remitió una copia escaneada- y a Valladolid. El diputado provincial y concejal de Cultura en Bueu, Xosé Leal, avanzó ayer que las actividades probablemente no acaben aquí. En el mes de diciembre se quiere organizar una lectura de los Derechos Humanos en la que participen todos los colegios del municipio y se baraja incluso organizar una votación a nivel local para elegir al mejor de todos los dibujos presentados.