Los trabajos para el arreglo de la PO-551 a su paso por Loureiro, en Bueu, están ya en marcha y los operarios han excavado un boquete de cuatro metros de profundidad para llegar a la canalización del regato de A Pica. Hoy mismo está previsto introducir una cámara por esta conducción, que tiene un diámetro de un metro, para comprobar su estado. La comprobación se realizará en ambos sentidos, tanto en dirección al mar como río arriba. Los técnicos quieren saber cuál es su situación y si es necesario proceder a su sustitución. En ese caso la obra se complicaría ya que podría implicar tener que levantar un tramo de la calzada, afectando la circulación.

El objetivo inicial del proyecto es reconstruir el pozo que había en la zona del hundimiento y reparar la canalización dañada en este punto. Un objetivo que puede cambiar en función de los posibles daños que muestre la inspección con cámara que se realizará hoy. De momento se ha podido comprobar que el regato estaba canalizado a través de una tubería en forma de ovoide y luego por medio de una tajea. El hundimiento detectado en la acera se sospecha que se debe a las filtraciones del cauce fluvial a través de las juntas del ovoide.

Esas fugas provocaron un progresivo asentamiento del terreno, que en los últimos meses afectó también a la calzada. "Desde que empezamos a realizar un control diario da situación, a principios do verán, a rasante da calzada baixou tres centímetros", apuntaba ayer el director técnico de la obra, que ejecuta la Axencia Galega de Infraestruturas (AXI). La situación, no obstante, no resultaba preocupante porque en caso contrario la intervención se hubiese acelarado. "Decidimos agardar ata o mes de outubro, que é unha época na que o regato leva pouca auga e para non interferir durante o verán nunha estrada que ten moito tráfico de acceso as praias", explicaba ayer el delegado de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, que acudió a visitar el lugar junto al alcalde de Bueu, Félix Juncal.

El río de A Pica baja desde la parte alta de Loureiro y en su último tramo se encuentra canalizado: primero a través de una tubería en forma de ovoide, hasta el límite con la PO-551, y luego a través de una tajea que lleva el cauce hasta la playa. Los técnicos de la AXI sospechan que en las juntas del ovoide se ha producido algún tipo de filtración, que con el tiempo ha provocado el socavón actual. Con la cámara se procederá a recorrer ambos tramos para evaluar su estado. "Se hai que repoñer a taxea que cruza a PO-551 será unha complicación grande, pero é algo co que xa se contaba. Habería que cortar a calzada por carriles para poder sustituir a tubería", explicaba ayer el director de la obra.

No obstante, los primeros indicios parecen ser positivos puesto que el material de la canalización parece encontrarse en buen estado. En caso de que finalmente fuese necesario proceder a la sustitución de este tramo se haría en este mismo proyecto de la AXI, que inicialmente cuenta con un presupuesto de 48.000 euros y un mes de plazo de ejecución.

La inspección se realizará también río arriba, para verificar cuál es el estado de conservación que presenta el ovoide y si en este tramo resulta necesaria una intervención adicional. "Hai que comprobar se hai que facer algún tipo de reparación, que é algo que logo debemos determinar entre Concello de Bueu e Augas de Galicia xa que se trata dun cauce fluvial", explicaba a pie de obra el alcalde, Félix Juncal.

Tanto desde la Xunta de Galicia como desde el Concello de Bueu mostraron su esperanza de que los trabajos puedan desarrollarse "no menor tempo e co menor coste posible", una circunstancia que depedenderá de la información que ofrezca la inspección con cámara en el tramo entubado del río de A Pica.