La primera borrasca del otoño que azota a la costa gallega se dejó sentir con fuerza en O Morrazo la madrugada del jueves, con intensas lluvias y un fuerte viento que causaron las primeras incidencias por el tiempo tras la tregua estival. En Bueu se desbordó el río Bispo a su paso por el centro del municipio y en Moaña las lluvias arrastraron piedras procedentes del nuevo asfalto del arreglado Camiño da Bouza.

La fuerte tromba caída alrededor de las cinco de la madrugada en Bueu hizo que el caudal del Río Bispo se incrementase, originando una inundación en la calle Pazos Fontenla. El agua arrastró restos vegetales que motivaron el atasco de uno de los habituales puntos conflictivos, el lavadero situado en las inmediaciones del colegio Virxe Milagrosa y del supermercado Eroski. El agua comenzó a fluir entonces por la carretera y desde la Policía Local se dio la voz de alarma, si bien en ningún momento hubo que proceder al corte del tráfico en el vial ni tampoco se vieron afectados ni viviendas particulares ni establecimientos comerciales.

En el lugar de los hechos se personaron tanto el concejal de Obras e Servizos, Fidel Castro, como efectivos de la brigada de obras, que procedieron a retirar parte de los elementos que arrastraba el Bispo, y, una vez el caudal fue disminuyendo, acometieron la limpieza de las arquetas. El cese de las lluvias ayudó a que la situación se normalizase con bastante rapidez. Aqualia procedió asimismo a primeras horas de la mañana a la revisión de todos los sumideros de la zona. Ya por la tarde se procedió a realizar un dragado del río, retirando una cantidad aproximada de 10 metros cúbicos de lodo.

Asimismo las lluvias provocaron que se formase un charco de grandes dimensiones en el vial entre Cividade y A Graña, y afectó a la obra de saneamiento que el concello está acometiendo en Regueiriño, en Meiro. y diez metros de tubería ya enterrada fueron levantados por el agua.

En Moaña, por su parte, el incidente más destacado de la borrasca fue el del Camiño da Bouza. Con los trabajos recién finalizados, la lluvia arrastró parte del asfalto en su parte baja, esparciéndose las pequeñas piedras por la céntrica calle Ramón Cabanillas y llegando incluso a bajar por la Travesía da Martinga, en donde afectó al bajo de una vivienda, cuyos propietarios empujaron este material hacia la vía pública.

El concejal de Urbanismo, Odilo Barreiro, explica que contactaron con Aqualia y con el director de obra, que iba a revisar lo ocurrido. Y es que la actuación integral en el Camiño da Bouza se acometió precisamente para mejorar la recogida de aguas, con separación entre pluviales y fecales, reparando además el hundimiento histórico de este vial que incluso estuvo parcialmente cortado durante meses.

Otro problema con el arrastre de aguas en Moaña se produjo en el entorno de la nueva autovía, en Domaio. Una vecina del vial que comunica con la Poza da Moura demandó ayer una mejora en la recogida de aguas de esta carretera, pues las lluvias arrastran la tierra de una pista forestal al camino asfaltado de acceso a su vivienda.

Además, el viento dejó varios problemas que fueron atendidos por la Policía Local y por la cuadrilla de Obras, así como el desplazamiento de un semáforo en la PO-551 en Tirán, que fue comunicado al personal de la Consellería de Infraestruturas por miedo a que pueda desprenderse sobre la calzada y causar daños físicos o materiales.