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Mario Lorenzo Loira: "Cela es más que Chans, el monte hay que ponerlo a producir"

La nueva directiva apuesta por "pasar página" tras la polémica de los últimos meses y quiere empezar con talas y plantaciones

Mario Lorenzo es el nuevo presidente de los comuneros de Cela. /GN

Mario Lorenzo es desde el domingo el nuevo presidente de la Comunidade de Montes Santa ía de Cela. Este vecino de la parroquia, de 37 años y arquitecto técnico e ingeniero de edificaciones, encabezaba la única candidatura que se presentó y con la que se inicia una nueva etapa después de unos últimos meses complicados tras las prolongadas ausencias por motivos laborales del anterior presidente y la dimisión de cuatro de los miembros de aquella directiva.

- Al final de la asamblea del 12 de agosto, en la que se aprobó la convocatoria de elecciones, usted ya mostró su firme intención de presentar una candidatura.

-Sí. Lo hice porque me daba mucha pena que todo el trabajo de los últimos años se fuese al traste, que los montes de la parroquia acabasen en el banco de tierras. La nueva directiva somos gente joven y nos hubiese gustado contar con algunos de los vecinos jubilados, que conocen bien el monte y disponen de tiempo, pero no fue posible. Además en los últimos tiempos estuve asesorando a los miembros de la anterior directiva debido a la ausencia del presidente, por lo que en cierto modo conozco el funcionamiento interno.

- La directiva es prácticamente nueva y solo sigue el anterior vicepresidente, esta vez como vocal. ¿Ha llegado el momento de dejar atrás los últimos meses y centrarse en la gestión del monte?

-Hay que pasar página ya. La comunidad vivía en una situación de cierta parálisis porque no se podían llevar determinadas actuaciones debido a las prolongadas ausencias del presidente. Era algo que se podía solucionar si hubiese renunciado al cargo, con lo que correrían los puestos. La situación se enquistó, pero ahora hay que olvidar el pasado, ponerse a trabajar por el bien común de todos y que el monte produzca.

- ¿Cuáles son los objetivos con los que se pondrán a trabajar?

-La comunidad tiene un plan de ordenación forestal, que se aprobó hace tres años y que costó mucho trabajo. Es imposible llevarlo todo a cabo, pero hay que ponerse objetivos a corto y medio plazo. Lo primero será intentar llevar a cabo las tres talas que no se pudieron efectuar debidos a los problemas anteriores, que se correspondían a los años 2016, 2017 y 2018. Con esos trabajos se podrían ingresar unos 20.000 euros. Luego habrá que afrontar las tareas de desbroce y limpieza, que están presupuestadas en unos 18.000 euros, que luego se podrían recuperar a través de una subvención de la Xunta. Tenemos que intentar pilotar este proceso en el menor tiempo posible para regenerar el monte y ponerlo a producir.

- Poner el monte a producir implica talas y plantaciones. ¿Tienen claro como será este proceso?

-Vamos a seguir lo que está aprobado en el plan de ordenación forestal. También tenemos que buscar una rentabilidad económica porque somos unos gestores del monte. Ese documento aprobado en su día será el que nos diga donde podemos plantar pino, abeto o eucalipto.

- ¿Y alternativas como la silvicultura o autorizar actividades como la apicultura?

-Todavía es muy pronto para pensar en ello. Lo primero que tenemos que hacer es gestionar el monte y luego, poco a poco, ver que actividades son viables y cuales no.

- Uno de los elementos más conocidos de los montes de Cela es el área recreativa de Chans. ¿Cómo será la gestión de este espacio?

-Los montes comunales de Cela son más que Chans y a lo mejor estos años se estuvo demasiado centrado en este lugar. Quizás aquí se hizo el proceso a la inversa: lo normal es poner primero el monte a producir y luego crear áreas de ocio, como hacen las grandes comunidades de montes [la superficie de Cela no llega a las 80 hectáreas]. En este sentido existe un convenio de colaboración con el Concello de Bueu en el que se establece que el mantenimiento del espacio le corresponde al ayuntamiento.

- Las dificultades para renovar la junta directiva de los comuneros son una constante. ¿Qué cree que hace falta para que los vecinos se impliquen con el monte comunal?

-El monte es lo que le daba vida a la parroquia de Cela: era el lugar de pastoreo y de obtención de recursos como leña o estrume. El monte tiene valor y sería una pena que se perdiese. De hecho la gente se mosquea ante la posibilidad de perderlo. Creo que la percepción puede cambiar si los vecinos ven que el terreno está cuidado, que hay rotaciones, plantaciones, talas y que hay un rendimiento.

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