-Si sus obras artísticas pudiesen hablar, ¿qué cree que dirían de usted?

-Que las he trabajado mucho, que soy muy pesado y perfeccionista.Hablarían también de mis ilusiones porque cuando uno hace una obra se desnuda, no hay caretas y plasma en sus creaciones ese sentimiento. Yo no intento pintar una naranja, sino su olor, su esencia última.

-La esencia de la que habla se corresponde muchas veces en sus obras con el acercamiento entre la gente. ¿Por qué es tan importante para usted estrechar lazos?

-Lo que mueve al mundo es el amor, aunque hay otra gente que se interese por el dinero y el poder. Para mí eso es venderse. El materialismo lo destroza todo, sobre todo a los jóvenes. Al final todos somos un poco culpables del mundo que estamos creando, pero con unión y amor todo se puede cambiar.

- ¿Cree que se ha perdido ese amor del que habla?

-La sociedad que veo cada vez me gusta menos. Ya no hay diálogo porque el individualismo ha calado en todos lados, también en el arte. Pero al final es muy básico y sencillo, los vínculos siempre permanecen ahí. La gente es prácticamente igual, todos quieren querer y sentirse queridos.

-¿Algún proyecto en mente?

-Sí, "El nacimiento del tiempo", una instalación que conforma el mundo antiguo. Es la explicación de mirar al cielo. Conocían miles de cosas únicamente observando a su alrededor y siendo curiosos. Ahora nadie mira al cielo, todo esta ahí pero no hay nada. El tiempo siempre está a nuestro favor y cuando se acaba es una verdadera belleza. Puedes analizar tu vida, lo positivo de tus recuerdos y es diferente para cada uno.