El proyecto para la eliminación del Tramo de Concentración de Accidentes (TCA) en la carretera PO-551 entre Lapamán y Bueu acaba de superar el primer periodo de exposición pública y alegaciones, aunque es muy posible que sea el primero pero no el último. La Consellería de Infraestruturas ha recibido casi una veintena de escritos con sugerencias, la gran mayoría de vecinos particulares, pero también de los ayuntamientos de Bueu y Marín. Un primer análisis de las alegaciones ya permite descartar alguna de las peticiones, como la formulada por el Concello de Bueu para extender la senda peatonal hasta Portomaior, algo que según la Xunta sería un proyecto independiente. Otras están en fase de estudio para comprobar su viabilidad y en caso de que finalmente se acepten supondrían un nuevo periodo de información pública, lo que ralentizaría el inicio de los trabajos.

Las peticiones más complejas son las que, a instancias de vecinos y propietarios de terrenos afectados, presenta el consistorio de Bueu para ajustar la ubicación de las dos rotondas con las que se quiere "calmar" el tráfico. La primera de esas glorietas está prevista en el entorno del cruce de acceso a la playa de Lapamán y desde el ayuntamiento se plantea acercarla más hacia el límite con el término municipal de Marín. "Va a ser complicado que se pueda modificar", reconocen desde la Axencia Galega de Infraestruturas (AXI).

La segunda de las rotondas está prevista en el punto kilométrico 8+830, a la altura de Castrelo. El problema es que sus dimensiones -28 metros de diámetro- afectan de manera considerable a varias parcelas del POL-10, un polígono de suelo urbanizable que se recoge en el PXOM y obligaría incluso a aprobar una modificación puntual en el planeamiento. La propuesta del ayuntamiento, que adjuntó un plano, es desplazarla hacia "abajo", al punto kilométrico 8+950, justo a la altura del vial de salida de la playa de Portomaior.

El proyecto del TCA ya preveía en este punto crear una "raqueta" para mejorar la salida del tráfico y habilitar un cambio de sentido. El Concello de Bueu, por su parte, propone unificar esos dos elementos en una única glorieta en esta intersección porque "mellora considerablemente a intersección do vial de acceso a Portomaior. Por outra banda, redúcese considerablemente a afección a parcelas e non perxudica o desenvolvemento do POL-10". Añaden que ese polígono ya prevé en su sistema general de dotaciones un vial interior.

En este caso, desde la AXI apuntan que "se está estudiando la vibilidad" de lo solicitado. Lo que sí está claro es que en caso de que se estime la alegación municipal muy probablemente habría que ir a un segundo proceso de exposición pública. Sería una variación muy significativa de los terrenos que se verían afectados por la obra y por tanto habría que conceder a los propietarios la posiblidad de alegar.

La otra gran petición municipal está relacionada con la senda peatonal prevista entre el límite con Marín y Lapamán, de unos 250 metros. El Concello de Bueu pidió que ese sendero se extendiese a lo largo de un kilómetro, hasta llegar a las aceras de Agrelo-Portomaior como medida para mejorar la seguridad vial. "Esto no se puede atender dentro de este contrato porque debe ser objeto de un proyecto independiente que se analizará aparte", argumentan desde Infraestruturas.

Las alegaciones presentadas por los particulares afectados por la obra del TCA tratan de diversos temas: correcciones en los datos de los bienes y derechos afectados por las expropiaciones; cuestiones de explotación de la carretera, como disposición de nuevos pasos de peatones, mejora en un drenaje existente, habilitar ciertos giros...

El proyecto para eliminar este TCA afecta a un total de 34 parcelas y a una superficie de 4.500 metros cuadrados. La inversión prevista es de 1,3 millones de euros para un tramo de tres kilómetros: desde Lapamán hasta el entono de Petís. Además de incluir la construcción de estas dos rotondas para "calmar" el tráfico, contará con dos pasos de cebra "inteligentes", que activan sensores luminosos al detectar la presencia de peatones. Uno estará en la bajada a la playa de Agrelo y otro en la de Petís. A mayores habrá dos semáforos, que estarán a la altura del cruce entre la PO-551 y A Torre y en el acceso a la playa de Loureiro.

La previsión inicial de la consellería era acometer las obras durante 2019, pero antes ya se han realizado una serie de trabajos de urgencia.