Los niños participantes en las actividades de la ludoteca de Moaña y usuarios del Centro Juan XXIII de Cangas compartieron ayer una jornada de juegos tradicionales en el que todos ellos pudieron disfrutar de entretenimientos ya casi olvidados. El personal de la ludoteca y los monitores del centro ocupacional se esmeraron en controlar el buen desarrollo del día y en formar grupos equilibrados. La iniciativa supone trabajar en la sensibilización de los más pequeños sobre la discapacidad a la vez que en el conocimiento del juego tradicional.