Una gran plataforma de más de 430 metros cuadrados fondeada frente a la costa de Sanxenxo, a la altura de la playa de Major, sorprendió este fin de semana a los numerosos turistas que frecuentan ese litoral. Se trata de la pieza básica para afrontar una de las más destacadas obras de ingeniería marítima que se ejecutan en la ría en los últimos años: la reconstrucción del faro Picamillo, ubicado entre Punta Faxilda y Ons y que fue arrasado por el temporal en febrero de 2016.

La plataforma ya se encuentra fondeada en la zona de trabajo, después de varios meses previos de montaje de su amplia estructura, en el Puerto de Marín, y la ejecución, en Portonovo, de los encofrados que conformarán el nuevo faro.

Las obras de reconstrucción de la torre baliza de Picamillo tienen una duración prevista de nueve meses y fueron adjudicadas en marzo por la Autoridad Portuaria -responsable de la señalización marítima de la ría- a la empresa Marcor Xove por unos 870.000 euros.

La plataforma ahora fondeada es de gran tamaño y destaca sobremanera en el paisaje. Es una estructura de 24 por 18 metros, equipada con 12 flotadores y patas de hasta 48 metros de longitud con las que puede asentarse en el fondo marino.

Denominada "Amarradores Trescientos", la plataforma cuenta con el apoyo del buque "Punta Galea", que dará cobertura a los equipos de buceadores profesionales. Además, se ha establecido un perímetro de seguridad que prohíbe navegar a menos de 150 metros de la zona de obras. De este modo se podrá levantar una torre baliza de hormigón armado, de nueve metros de altura, apoyada sobre soporte cilíndrico de cimentación sobre el Bajo de Picamillo, y rematada con forma troncocónica de color blanco con franja verde en su parte superior. De esta forma, comienza la reconstrucción del faro dos años y medio después de que el temporal "Kurt" los derribara por completo.

El Puerto sustituyó entonces esta torre-baliza por una boya auxiliar que fue fondeada en la misma zona para sustituir temporalmente a este faro que forma parte de la señalización marítima de la ría, en un lugar en el que el mar suele batir muy fuerte.

De hecho, las obras descritas en el proyecto destacan la necesidad de dar solidez al faro. Consisten fundamentalmente en la ejecución de un soporte de cimentación para la torre baliza, de tal forma que se pueda garantizar la estabilidad estructural, al encontrarse la zona objeto de las obras completamente expuesta a la acción tanto del mar (oleaje y mareas) como del viento.

Sobre dicho soporte se ejecutará la propia torre baliza donde se ubicará un pedestal para ubicar la ayuda a la navegación nocturna y asegurar una altura focal que satisfaga los requerimientos de alcance respecto del nivel de pleamar, así como de seguridad frente a impactos directos del oleaje.

Hacía casi 40 años que no se tenía constancia de que un temporal lograra derribar por completo una torre de un faro, aunque este se encuentre en el agua. Cuando el tiempo se calmó y los primeros equipos de buceo pudieron llegar a la zona comprobaron que el faro había quedado totalmente destrozado y sus restos sumergidos bajo el mar. Esta antigua baliza en medio de la ría de Pontevedra fue construida en los años treinta.