Rodrigo Pastoriza, gerente de la Federación de Comerciantes e Industrias del Morrazo (Fecimo), comenta que la nueva normativa no está siendo un problema para los clientes y propietarios de los establecimientos morracenses, que se están adaptando correctamente. Con la entrada de esta nueva ley, las bolsas de plástico ya no son gratuitas y todos los comerciantes están obligados a cobrar por ellas entre cinco y quince céntimos. Desde Fecimo explican que algunos comercios de la zona contaban con bolsas de papel, por lo que la ley no les afecta, mientras que "outros inclúen as tarifas das bolsas no prezo final asumíndoo o comerciante, aínda que no ticket de rexistro vaia dividido".

Lo que antes era prácticamente un acto involuntario y gratuito, ahora es sancionado por ley si no se respetan las obligaciones pertinentes, aunque con algunas excepciones. El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente establece que quedan exentas las bolsas muy ligeras, de un espesor menor a quince micras, por lo que podrán ofrecerse gratuitamente ante diversas cuestiones higiénicas o cuando se encuentren destinadas a la venta de alimentos a granel, su uso más generalizado. Además,entre todas estas medidas se incluyen también las bolsas suministradas online, así como a las entregadas a domicilio.

¿Pero cómo afecta esta medida en la comarca? Entre los establecimientos del Morrazo ya se han podido leer en esta primera semana los carteles que, por ley, anuncian laobligación de sus propietarios a cobrar por ellas. En los mismos, se reflejan los precios marcados por la disposición y su variación según el tamaño y espesor de la bolsa, con un mínimo de cinco céntimos.

Azucena, trabajadora de una frutería, señala que respecto a otros lugares en Cangas existe una falta de concienciación mayor y muchos todavía no llevan su propia bolsa, comprando una nueva, por lo que el problema persiste."Es más una cuestión de dinero, no de sensibilización", asegura. A su vez, las bolsas de plástico dispersas provocan una enorme presencia de residuos en las masas de agua, lo que supone una amenaza para los ecosistemas acuáticos y en un pueblo tan marinero como Cangas, esto es un grave problema. Algunas tenderas de la Plaza de Abastos de Cangas comentan que "nos estamos ahogando en un mar de plástico", sin embargo, aseguran que en los últimos meses notan un cambio positivo porque "a pesar de que algunos clientes protestan por comodidad, la mayoría lleva el carro o incluso sus bolsas de la playa". También en el sector textil, los comerciantes aplican la normativa y optan por alternativas. Desde la tienda de moda "Pillados" buscan soluciones que ofrecer al cliente y a ellos mismos, pues "todavía tenemos muchas bolsas de plástico en stock de las que necesitamos deshacernos", afirman. De esta forma, estudian la posibilidad de cambiarse al papel, una opción más cara y que, de momento, solo ofrecen para la ropa de nueva colección y las compras superiores a treinta euros.

Aunque en general la gente ha reaccionado positivamente, algunos vecinos se quejan de su ineficacia, al promover la compra de otras bolsas plásticas, como las de la basura. Otros protestan y exigen la venta de bolsas que nocontengan ningún tipo de publicidad, "porque para eso las pagan", en sus palabras. Tania Castro, concejala de Medioambiente de Cangas, concuerda con las quejas pues "son tintas a maiores que incorporan as bolsas e producilas ten un impacto ambiental enorme. Asimismo, aplaude la nueva ley por ser un "paso adiante en prol do medioambiente no que seguimos afondando" aunque la considera insuficiente. La concejala ha declarado que desde el concello emprenderán, a principios de agosto, una iniciativa en la que todos los viernes en el mercado tratarán de concienciar a la gente sobre la utilización del plástico. Por su parte, desde el gobierno moañés, el concejal Odilo Barreiro asegura que "se debe ir máis aló", apuntando a la retirada de los plásticos de los productos manufacturados. No llevarán a cabo ninguna iniciativa, pero sí cursos de sensibilización como compostaje, reciclaje y el consumo responsable del agua, con el fin de eliminar las botellas de plástico.