El atrio de la iglesia parroquial del Carmen de Moaña sigue envuelto en la polémica. Tras las quejas vecinales por la colocación por parte del párroco, José Luis Muñiz, de un portal para impedir el acceso de los coches alegando que se iban a iniciar unas obras, esta misma semana empezaban dichos trabajos consistentes en pavimentar con asfalto todo el entorno bajo los árboles, de la especie falsos plataneros. Nada más conocer la actuación, el Concello mandó una patrulla de la Policía Local para paralizarlos por entender que las obras se estaban realizando sin que conste ningún permiso del Concello ni tampoco de Patrimonio.

Lo que hizo el Concello, tal y como señala el concejal de Urbanismo, fue abrir un exdiente y ordenar la paralización de los trabajos, a la espera de que se incoe un expediente que puede acabar en sanción o no. A las tres de la tarde ya estaba asfaltado buena parte de los laterales del atrio dejando libre el paso central.

En la verja de cierre del recinto, junto al portal, figura un cartel de licencia de obra, del Concello de Moaña, pero en el objeto de la misma consta que es para colocación de portal. El concejal de urbanismo confirma que ellos desconocían que se fuera a pavimentar y que por eso se abrió el expediente y se dio la orden de paralización, ya que este tipo de trabajos requieren también del permiso previo de Patrimonio dado que se encuentra en zona de cautela de una iglesia.

La colocación del portal, unos días antes de la noche de San Juan, el 24 de junio, levantó gran polémica en las redes sociales con quejas de los vecinos al párroco ya que lo interpretaban como un nuevo intento del sacerdote de cerrar el atrio en donde hasta su llegada se permitía estacionar libremente. A través de las redes sociales se amenazó incluso con arrancar el portal aprovechando la noche de San Juan. Horas antes de las hogueras la Guardia Civil procedió a colocar una cinta de advertencia, que fue efectiva. ya que el portal sigue ahí.

El párroco, José Luis Muñiz, descartó ayer realizar valoraciones sobre la paralización del Concello. En octubre de 2016, después de asumir la parroquia, intentó el paso de vehículos al recinto colocando una cadena que fue "robada" hasta en dos ocasiones y en una de ellas apareció en el fondo del mar junto a la alameda. El cierre crispó a quien solían aparcar en el atrio. José Luis Muñiz quería cerrarlo para dejarlo de uso exclusivo para los actos religiosos ya que en ocasiones se encontró con problemas a la hora de un funeral.