"Me trasladaron de urgencia al hospital Álvaro Cunqueiro, pero allí me negaron el acceso a planta porque no estoy censada en Vigo y me querían derivar a Ourense", su lugar de residencia. Es parte del relato de la cantante Diana Tarín, que trabaja entre Vigo y Cangas y el pasado fin de semana tuvo que recibir atención hospitalaria como consecuencia de un aborto que sufrió a principios de mes. El trato médico recibido es "excelente", explica, gracias a un equipo "muy profesional", pero no tiene la misma opinión de la "burocracia" , ya que las trabas administrativas le han hecho vivir una mala experiencia.

El relato de los hechos lo hacía ayer por la tarde desde una cama del hospital Álvaro Cunqueiro, donde finalmente logró quedar ingresada para recuperarse. Explica que el fin de semana empezó a encontrarse mal, con mareos, dolores pélvicos y fiebre, por lo que decidió llamar al 061y la ambulancia la trasladó al centro de salud de Cangas, donde le hicieron un primer chequeo y los facultativos que la atendieron aconsejaron su traslado al hospital para realizarle una revisión más exhaustiva. "Entré en el Cunqueiro a las seis de la tarde y estuve hasta la madrugada esperando en una camilla en el pasillo", al igual que otras personas que esperaban diagnóstico, añade, y habla de situaciones "impropias" de la sanidad pública.

"Me negaron el acceso a planta con el argumento de que no estoy censada en Vigo y dijeron que me trasladarían a Ourense. Yo estaba con fiebre alta y me encontraba bastante mal. Vino una ambulancia a buscarme, pero me negué a subir porque estamos en Galicia y tengo derecho a que me atiendan en cualquier punto con la tarjeta sanitaria", continúa. Asegura que, a pesar de las presiones recibidas para irse a Ourense, ella y sus familiares protestaron por esa "situación injusta" y que, tras hablar con responsables de admisión e interceder otras personas, logró una tarjeta sanitaria de desplazada y que le dieran una habitación en planta en el Cunqueiro, donde permanecía ayer por la tarde para recuperarse.

"Es un exceso de burocracia ilógico, sin razón de ser", lamenta Diana Tarín, que centra sus quejas en los engorrosos trámites administrativos que soportan los pacientes y quiere "que la gente sepa lo que está pasando con la Seguridad Social". "Primero deben ser las personas y luego los papeles", resume.