Primer fin de semana sofocante y primeros problemas con los socorristas en el municipio de Cangas. La falta de personal se puso como excusa ayer por la mañana para bajar la bandera azul de la playa de Areamilla y también el estandarte que indica el peligro en el mar. Fueron testigos de esta situación los padres de un joven de 22 años con parálisis cerebral que llevan acudiendo a la citada playa años y años.

Sara Gaiteiro Hidalgo llegó de la mano de sus padres, Alejandro y Cristina, a la playa de Areamilla alrededor de las 12.00 horas. Solicitaron la silla anfibia para su hija y a los 20 minutos la pareja de socorristas se acercó para comentarles que tenían que cerrar, que había carencia de socorristas y que se veían obligados a ir a otras playas. La sorpresa de estos vecinos de Vigo fue total. Pero, a pesar de todo, lograron que los socorristas les dejaran la silla, por lo menos hasta las 16,30 horas, que fue cuando volvieron para guardarla ya en la caseta, porque ellos volvían a irse. Los padres de Sara Gaiteiro mostraron ayer su malestar por el hecho de encontrare en esta situación, que pudo ser peor sino fuera porque los socorristas tuvieron a bien dejarles la silla anfibia. Y es que ellos quieren que esté garantizado que pueden disponer de la silla todo el tiempo que permanezca su hija en la playa, aunque agradecieron el comportamiento de los socorristas.

Desde la concejalía de Medio Ambiente y Playas del Concello de Cangas, que dirige Tania Castro (ACE), se manifiesta que ayer faltaron, por motivos que no se conocen aún, dos socorristas, uno en la playa de Rodeira y otro en la de Nerga, por lo que se tuvo que reestructurar el servicio previsto para la jornada del domingo y bajar la Bandera Azul de Areamilla.

No es la concejalía de Medio Ambiente la que se ocupa directamente de la coordinación, sino que este año se hace desde la Asociación de Socorristas de O Morrazo. Por primera vez en muchos años quedó Protección Civil de Cangas fuera de esta competencia que siempre se le había atribuido. El convenio con la Asociación de Socorristas (Aspom) pretendía evitar precisamente casos como el que se produjo ayer. La huida de profesionales a otros municipios donde se les pagaba más fue un denominador común del servicio del año pasado. No hay que olvidar que el servicio comenzó la semana pasada con la renuncia de dos de los 28 integrantes del equipo (25 socorristas y tres patrones de embarcación). Medio Ambiente espera conocer hoy los motivos por los que los dos profesionales no asistieron a su puesto de trabajo.