Las obras de reforma en la zona vieja del cementerio de Domaio que comenzaron este mes y que ejecutan los 10 alumnos del módulo de jardinería del Obradoiro de Emprego concedido al Patronato Beiramar, han sacado a la luz en los últimos días un descubrimiento tan extraño como inquietante. Y es que en una excavación de un tramo del nuevo sendero hormigonado apareció un bolsa de plástico con tres muñecos de vudú.

Se trata de tres muñecos de poliespán, recubiertos con cinta americana, y con decenas de alfileres clavados. Por el estado de deterioro, los operarios estiman que habían sido enterrados hace ya varios años.

Los muñecos estaban a medio metro de profundidad, según estima el presidente del Patronato, Salvador Meira. Recuerda, asimismo, que hace años parecieron en varias ocasiones velas negras y otro tipo de elementos que evidenciaban que alguien se colaba al camposanto a realizar algún tipo de ritual o simplemente a gastar una broma. Es posible que estos muñecos tengan relación con aquellos hechos.

Tras el hallazgo, y posiblemente para no tentar a la "suerte", los operarios optaron por devolver los muñecos a su agujero para después extender el nuevo firme por encima.

Con la ayuda de una empresa externa que aporta la maquinaria y tras redactar un proyecto con un coste de unos 16.000 euros, los alumnos del Obradoiro de Emprego renuevan el ajardinamiento de la zona mediante la creación de un sendero de hormigón pintado, sustituyendo las sendas de tierra actuales. También renuevan el césped de todas las áreas ajardinadas actuales y se instalará un sistema de riego automático en las mismas.