La complicada orografía de Onza y la ausencia de un muelle obligará a la expedición que acuda al archipiélago a realizar el desembarque en piraguas para así poder acceder a las playas. "Es una zona con mucha roca alrededor en la que los barcos grandes deben tener máximo cuidado", afirman desde Nordeskayak. Por eso la embarcación que lleve a los voluntarios fondeará a escasos metros de la playa y el último tramo de trasbordo hacia tierra se hará, o bien en piragua, o bien incluso a nado.

Inicialmente se sopesó la realización de la actividad en piraguas, pero al final la idea se desechó para no tener que estar pendiente de la meteorología. Además, la movilización en piraguas suponía montar un operativo mucho más complicado, además de que la retirada de residuos se iba a ver más limitada que si se recurría a un barco de mayores dimensiones.