"No nos dan más alternativa que ir en bus a Madrid hoy, con lo que perderíamos el enlace a Hamburgo, o esperar a mañana, ya que todos los vuelos de hoy están llenos", se lamentaba ayer Arturo Pérez. Él y su pareja son solo una pequeña parte de los miles de afectados que esta semana han sufrido los retrasos y cancelaciones en el aeropuerto de Peinador debido al mal tiempo y a la desactivación temporal del sistema antiniebla ILS.

A las 10.00 de la mañana volvía a reinar el caos en la terminal, con grandes colas de viajeros enfadados en los mostradores de las aerolíneas. Muchos pedían alternativas para poder llegar a sus destinos y no perder los vuelos de enlace y otros directamente ponían reclamaciones por los retrasos sufridos. Algunos de más de un día.

Isabel Vázquez fue en parte afortunada. Tras presionar un tiempo, consiguió que a su marido y a ella los colocaran en un vuelo hacia Bilbao para viajar desde ahí a Frankfurt y finalmente, a Hamburgo. "Queremos estar esta noche en Alemania porque de esa manera tan solo perderíamos dos horas de viaje. Preferimos esto a volver mañana a Peinador y que nos cancelen el vuelo de nuevo", explicó Vázquez.

Al mismo tiempo, un par de buses salían del aeropuerto con destino a Madrid llenos de pasajeros a los que no les quedó otra alternativa. La hora de llegada estimada a la capital eran las 18.00.

A las 11.00 llegó otro autobús procedente de Santiago con decenas de viajeros. En él iban Emilio Fuentes y su esposa, ambos ourensanos. Tenían que haber llegado a Vigo el martes a las 17.00 y no lo hicieron hasta ayer, 18 horas después de lo previsto.

"Hemos tardado casi lo mismo en llegar desde Madrid que si viajáramos desde Australia u otro país lejano. Fue una odisea y aún encima nos han perdido el equipaje", lamentó la mujer.

Por su parte, Fuentes indicó que ayer les cancelaron el vuelo que iba a salir el martes desde Madrid y les aseguraron que saldrían ayer a las 07.25. El avión salió pero con destino Santiago. "Los contratiempos y la pérdida de las maletas nos obligaron a comprar cosas para poder asearnos. Además tenemos que pagar más de aparcamiento porque teníamos el coche estacionado en Peinador para luego poder irnos a Ourense", protestó.

Otros, como Laura Reverendo, que viajaba desde Gran Canaria, vivieron una situación similar. Tenía que haber llegado a Vigo el martes a las 22.00. "Tenía el martes un vuelo desde Madrid a Vigo a las 19.30 y cuando llegué a la puerta de embarque lo cancelaron. No me dieron ni un bono para poder comprar agua por las molestias y finalmente me metieron en la lista de espera del vuelo de las 22.00 y pude volar", afirmó.

Este contratiempo le obligó a pagar taxi y noche de hotel de su bolsillo y los recargos por no poder cancelar la reserva del coche de alquiler que contrató y que no pudo coger al llegar de madrugada a Vigo.

En los mostradores y visiblemente nerviosos se encontraban también Ignacio Blanco y Manuel. Al primero le cancelaron un vuelo que tenía el martes a las 13.30 horas y el avión que tenía que coger ayer a las 09.30 hasta Madrid no llegó a salir.

"Me dijeron que la única solución es un autobús hasta Madrid a las 10.00 de la mañana que llegaría a las 18.00. Les dije que no era factible porque tengo un enlace de Madrid a Tel Aviv a las 16.00 y de esa manera lo perdería seguro", aclaró.

Además, Blanco denuncia la desorganización de las aerolíneas, ya que pidió el reembolso de su dinero y en el mostrador le indicaron que tenía que solucionarlo con el aeropuerto, y desde Peinador le dirigieron de nuevo al mostrador. "Yo ya no sé quien dice la verdad. No entiendo nada, cuando llegué al aeropuerto los únicos vuelos cancelados eran de Iberia, todos los de Air Europa están despegando sin problemas", matizó.

Finalmente consiguió un billete de esta compañía de bajo coste para llegar al mediodía a Madrid.

Para Manuel el problema fue aún más grave, ya que al cancelarse el vuelo de las 09.25 perdió una reunión laboral a las 11.00 en Madrid. "Por el mal tiempo de los últimos días me esperaba que pudiera pasar esto. Se trastocaron mis planes, voy a intentar volar a las 13.30", aseguró. Su preocupación contrastaba con la alegría de unos pocos afortunados que consiguieron aterrizar en Vigo procedentes de Milán o Edimburgo.