Con récord de participación y un ambiente extraordinario, la concentración motera de Moteros do Morrazo en Bueu tocó ayer a su fin. Lo hizo después de una intensa madrugada y de una jornada matinal que sirvió para despedir esta cita ineludible hasta el próximo año antes de que todos los participantes emprendiesen el regreso a sus lugares de origen.

Las calles de Bueu se llenaron de madrugada del colorido de la ruta nocturna con antorchas. La organización repartió entre los moteros un total de 600 de estas antorchas artificiales de luz, si bien hubo un elevado número de participantes que se quedaron sin ellas y partieron igualmente en la comitiva. La vistosidad de una de las rutas más especiales devino luego en una queimada y en una fiesta que se prolongó hasta altas horas.

La jornada de ayer sirvió para templar los ánimos, con una ruta sencilla por Cela y Marín para desentumecer los músculos y servir de aperitivo a una nueva espectacular exhibición de stunt en Ramón Bares, una zona que se quedó pequeña para acoger esta actividad. Posteriormente, y a la vez que se compartían vermú y pinchos, la organización distinguió a Os Keimaos de Moraña como motoclub más numeroso, a un motero de León como el más lejano, a un motero de Marín como el de más edad (74) y a una niña de 6 años como la más joven. Manuel Davila llevó la moto más antigua, una Lambretta de 1958.