Las obras del tercer y último subtramo de la autovía de O Morrazo implicarán dos cortes en carreteras interiores de Moaña, desviando el tráfico por el Corredor en obras para minimizar su impacto. Desde la empresa constructora del tramo iniciaron las negociaciones con el Concello para encontrar la solución que implique menos inconvenientes a los conductores, según apuntan desde la Xunta. Además, en lo que respecta a la seguridad en el tramo de transición entre la parte de la autovía inaugurada el viernes y la zona en obras, desde la Consellería de Infraestruturas garantizan que las medidas decididas tras los accidentes del viernes y del domingo estarán listas en una semana.

Entre esas mejoras de seguridad que se adoptarán se anunció un estrechamiento paulatino de los dos carriles cien metros antes de la transición, desde la salida del viaducto de A Mó, para incitar a la reducción de velocidad según lo marcan las señales actuales. A mayores se instalarán también bandas transversales que limiten la velocidad de los conductores y en las zonas delimitadas por pivotes azules se ubicarán barreras de plástico de tipo "New Jersey". Estas barreras actuarán como mediana justo en el punto del "embudo" evitando la posibilidad de choques frontales. Finalmente, se reforzará la señalización con el objetivo de que quede claro a los usuarios de la autovía que se adentran en una zona en obras.

Esta transición de cuatro a dos carriles se mantendrá operativa hasta la finalización total de la autovía, prevista para el primer semestre de 2019. En lo que respecta a los cortes previstos, que todavía no cuentan con plan de trabajo aprobado ni con fecha de inicio, la necesidad pasa por cortar durante varias semanas la carretera PO-313 entre Moaña y Marín, así como la carretera provincial entre Meira y A Fraga (EP-1102).

En el primero de los casos el corte se deberá a la necesaria ampliación del paso inferior que existe en este momento a la altura de la salida de Broullón del Corredor. Durante esta restricción se desviará el tráfico por el propio Corredor. Los coches que circulen por la PO-313 tendrán que acceder a esta vía y dar la vuelta en las salidas de Meira o de San Martiño para volver a reincorporase a la carretera autonómica que une Marín con Moaña.

Por su parte, la afección en la carretera provincial se deberá a la construcción del segundo viaducto de A Fraga. En concreto será la tercera pila de este viaducto la que obligue al corte de tráfico, por lo que se planteará también un pequeño desvío.

Con unos 60 metros de altura, el segundo viaducto de A Fraga es la estructura más compleja de cuantas quedan por ejecutarse en el tercer subtramo de la autovía. Constará de ocho vanos y tendrá una longitud de 307 metros. Se levantará hacia la cara norte del viaducto actual. Contará con un sistema de seguridad en el espacio entre ambos viaductos, igual que ocurre con los ya inaugurados de A Moura y A Mó. Estos sistemas de seguridad impiden caídas en el caso de que, tras un accidente, algún usuario del Corredor tenga que saltar a la zona entre los antiguos y los nuevos viaductos.

Atascos

Por otro lado, las obras en el puente de Rande siguen provocando retenciones en la PO-551 a la altura de Domaio. Ayer, sobre las 9.00 horas, las retenciones se prolongaron alrededor de un kilómetro, igual que en el acceso a la rotonda de Domaio desde Vilaboa.

Las quejas por parte de los conductores y de los alcaldes son constantes y piden responsabilidades al Ministerio de Fomento. El Concello de Moaña ha logrado que Tráfico mantenga el control de la Guardia Civil en esta rotonda para regular la circulación hasta que concluyan los polémicos trabajos en el puente que cruza la ría.