La autovía pasó ayer la prueba de algodón tras un acto de inauguración que sirvió para la añoranza y el reencuentro. El alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos; y el anterior conselleiro de Inraestructuras, Agustín Hernández, se dieron un fuerte apretón de manos y recordaron la buena cordialidad en el Parlamento gallego cuando la corrupción no comía tanto a la clase política. La concentración sirvió también para que vecinos de Vilaboa reclamaran con una pancarta a la Xunta la aprobación el PXOM con la complicidad de su alcalde, el socialista José Luis Poceiro. El regidor de Bueu, Félix Juncal, fue el único representante municipal del BNG y demostró que se mueve entre la clase política a buena velocidad. Ayer se probó la autovía. El alcalde de Cangas considera quizás excesivo que se permita circular a 120 km/h en un tramo tan pequeño con límites también de 100. Por otro lado está satisfecho con que la Xunta haya cumplido los plazos de la obra. Mientras la autovía abrió, ayer se producía el enésimo colapso del puente de Rande debido a las obras que provocó la indignación de los conductores y que muchos se negaran a pagar el peaje. La ampliación se inauguró en diciembre pero las obras siguen.