Catalina Puig pudo estudiar en Las Doloteas, en Pontevedra, y aprobó las oposiciones de magisterio justo antes de la Guerra Civil. Un incedio calcinó su título y el de otras muchas personas, por lo que tuvo problemas para cobrar toda su pensión. Con la llegada de la democracia el Gobierno les ofreció la posibilidad de recuperar sus puestos o de pagarles los atrasos acumulados.

Ella fue maestra hasta que se casó y tuvo a sus hijos. "Estuve en el interior, en Ourense. No era lo mío, pero cumplí. Luego pude venir para Bueu. Cuando estuve en A Portela tenía que ir andando todos los días y me tenía que llevar la comida conmigo todos los días", rememora. En la escuela enseñó a leer y a escribir a muchas jóvenes que luego trabajarían en la conserva para pudiesen defenderse.