Son las otras duquesas de Montoro; han sentido la necesidad de atender la llamada de auxilio a través del Facebook, para acoger a un animal como hace unas semanas hizo Cayetana de Alba recogiendo un perro de mucha edad de la Protectora de Órdenes, para el que se buscaba familia. Las hermanas Deli y Teri Garrido, de Vigo; la también viguesa Laura Álvarez, la francesa Claire, afincada en Santiago, o Débora García, de Bueu no dudaron en echar una mano para sacar adelante las 11 crías de gato de dos camadas de 7 y 4 mininos, respectivamente, con menos de una semana de vida, que aparecieron arrojados en sendos contenedores. Los primeros 7 aparecieron en A Rúa, en Cangas, dentro de una bolsa en un contenedor, en medio de cal y restos de escombros de una obra. El mismo viernes también aparecieron cuatro gatitos blancos que una persona desalmada arrojó como basura al contenedor. En ambos casos la ayuda vecinal y de la Policía les salvó en un pirmer momento la vida y después la Asociación sin ánimo de lucro Colonias Canguesas y la Protectora do Morrazo,que buscó, de forma urgente, una casa de acogida.

Débora García, toledana afincada en Bueu, no dudó en hacerse cargo de los 11 para darle los primeros auxilios. De no ser así morirían y aún hoy se corre el riesgo de que no salgan adelante, pese a todos los cuiados que tienen sus familias de acogida. Débora les dio los primeros biberones, cada dos horas, sin dormir. Ella colabora con el Proyecto Gato de Vigo, con el refugio de O Morrazo y con las Colonias Canguesas, mientras acaba su curso de auxiliar de veterinaria.

Los primeros en llegar a su casa fueron los 4 de Moaña que se los llevó la Protectora y a las dos de la madrugada del sábado, la Policía de Cangas le entregaba los 7 hallados en esta localidad, a los que los agentes les dieron las primeras atenciones. A través del Facebook se puso en marcha la búsqueda de casas de acogida y empezaron a llegar mensajes de gente dispuesta a tenerlos mientras no iban con una familia en adopción.

En Vigo ya están cuatro. Dos de ellos los cuidan las hermanas Deli y Teri Garrido. Teri sigue por las redes sociales a muchos colectivos de animales y se enteró de la situación de estos mininos. En su casa ya viven 4 perros, pero Deli asegura que no hay ningún problema con dos gatos más, aunque en un principio lo dudaba porque había tenido la mala experiencia de tener que sacrificar un felino suyo Asegura que quien arrojó a estas crías al contenedor es "un salvaje, insensible, no tiene corazón". Cada dos o tres horas les dan el biberón y los mantienen calientes,con botellas de agua, una mantita y almohada de maíz caliente. Ayer acudieron al veterinario para curarles el estreñimiento, propio de unas crías que se alimentan con leche que no es de la madre.

La moañesa Ariana Romero, voluntaria y secretaria de Colonias Canguesas,reconoce que esta no es la primera vez que se abandonan mininos de esta manera y lo achaca también a la ignorancia de las personas que no esterilizan a las hembras. A través de esta asociación, las personas voluntarias controlan varias colonias de gatos en Cangas -entre 5-6 en el casco urbano- y en las que además de dar comida con la ayuda de vecinos, también se esterilizan hembras.

A media tarde de ayer llegaban hasta Santiago dos de las crías aparecidas en Moaña. Son blancas y los hijos de la francesa Claire los recibían con los brazos abiertos. Reconoce que se enteró por el Facebook, que ella fue voluntaria en un refugio de animales en Santiago, que dejó cuando tuvo a sus hijos, pero sigue muy sensibilizada: "Que pase hoy en día es muy fuerte.En Francia no es tan frecuente que abandonen de esta manera animales como aquí. Había que conseguir identificar a la gente que lo hace", asegura.

Por su parte, la viguesa Laura Álvarez, de 28 años, asegura que no puede entender quien hace esto con los animales: "¡Al menos déjales vivir! es una barbaridad...y con cal...Es algo muy bestia". En su caso ya tiene 7 gatos y un perro y es seguidora a través de las redes sociales de varios colectivos, de ahí que se hubiera enterado de los casos de Cangas y de Moaña. Tiene experiencia a la hora de dar el bierón y confía en que las dos crías que acogió puedan finalmente abrir los ojos. Ayer también acudió al veterinario: "Intento ayudar en todo lo que puedo y acogiendo también quiero que mi hija aprenda a cuidar y valorar".

En casa de Débora García en Bueu todavía quedan tres gatos a los que buscar casa. Hoy se irán dos más para un hogar a Finisterre.