El gobierno tripartito de Cangas (ACE, BNG, ASpUN) aplicó la mayoría absoluta de sus 11 concejales para sacar adelante, en el pleno extraordinario celebrado anoche, el presupuesto del Concello para 2018, que asciende a 16.523.734 euros. Toda la oposición votó en contra con argumentos como la falta de transparencia y de búsqueda de consenso, del "descontrol" del gasto corriente, de no respetar el plan de ajuste que marca el Ministerio de Hacienda o de sostenerse en la fuerte carga impositiva que aplica a los ciudadanos. "Por primeira vez na historia de Cangas, os ingresos por impostos superan con creces as aportacións do Estado", resumió el edil del PP Pío Millán, que incidió en los posicionamientos apuntados por Alfredo Iglesias (PSOE) y José Luis Gestido (Cangas Decide).

Ante apenas una docena de personas que asistieron al debate plenario sobre "o asunto máis importante do ano", en palabras de varios corporativos, fue el concejal de Facenda, Mariano Abalo, el encargado de defender el documento. Aludió al "crecemento orzamentario" (de 16,1 millones a 16,5 y los proveedores cobran en un plazo medio de ocho días) y de los buenos resultados de su gestión, a pesar de la "difícil situación económica heredada" (el remanente positivo de tesorería ronda los 2,5 millones frente a casi un millón negativo), aunque reconoce que la necesidad de servicios y prestaciones sociales del Concello "supera as capacidades". Aseguró que se cumple el plan de ajuste estatal y que la "situación favorable" de 3,2 millones de euros le exime de tener que elaborar un plan económico financiero, como le advierte la oposición. Añadió que la posibilidad de utilizar el superávit municipal permitirá "reducir a débeda" que arrastran las arcas municipales y "superar a capacidade inversora" , que se complementa con actuaciones del Plan Concellos de la Diputación.

Para los grupos políticos de la oposición, la situación dista mucho de ser tan idílica. El portavoz de Cangas Decide, José Luis Gestido, se encargó de abrir fuego quejándose de "unha sesión plenaria de paripé" y la fecha elegida para celebrarla, que se varió al arbitrio del gobierno, y acusó a Abalo de "non saber o que é un orzamento" ni de tender la mano para buscar consenso. "Nin o alcalde nin o señor Abalo se presentaron siquera na comisión informativa para explicar o documento, criticó Gestido, un acto de "prepotencia" y de "falta de transparencia" que se agrava con otros defectos, como su entrega "a última hora" o la carencia de "plans estratéxicos" y de informes que constaten el "grado de cumprimento". "É un corta e paga para facer os seus orzamentos, que non os do pobo de Cangas", enfatizó.

Para el portavoz de los socialistas, Alfredo Iglesias, "o protagonista do capítulo de gastos é o goberno municipal e o de ingresos son os cidadáns de Cangas", recalcó que el superávit se sustenta "na gran carga impositiva", sobre todo la contribución urbana (IBI), que denomina "catastrazo", y el rodaje de vehículos y abundó en el "escurantismo" de los gestores municipales a la hora de rendir cuentas a los corporativos y a los ciudadanos. Reprochó que, a las puertas del último año de mandato, nada se avanzó en asuntos tan relevantes y utilizados "electoralmente" por los grupos del tripartito como el recibo del agua, el buen funcionamiento del servicio y las relaciones con la adjudicataria, no se hacen provisiones para resolver el problema judicial del edificio de Noria 2 ni de la unidad de actuación 2 (Parque da Palma), ni para agilizar el Plan Xeral ni para solventar las obligaciones de la Mancomunidade.

El portavoz del PP, Pío Millán, volvió a la carga con el "catastrazo" (considera que hay margen para bajar impuestos cuando sube tanto la recaudación), con el "descontrol" del gasto corriente y la incapacidad del tripartito de prestar mejores servicios a menor coste o con la falta de concordancia entre lo que este gobierno presupuesta y lo que luego realmente gasta.