Los vecinos de la aldea de Ermelo, en Bueu, se llevaron un buen susto en la noche del viernes. Una roca de unas siete toneladas de peso se desprendió de un talud y cayó al camino que sube desde la iglesia, ocupando prácticamente todo el ancho del esterecho vial. Afortunadamente el suceso no ocasionó daños personales ni materiales, pero la maniobra para apartar la enorme piedra fue harto complicada. A mediodía una máquina excavadora fue capaz de moverla y apartarla para al menos permitir el paso a pie. Más tarde fue necesaria la presencia de un camión que por medio de una eslinga fue capaz de desplazarla para situarla delante de una de las entradas de la finca, retirada del camino.

Los vecinos de la zona explicaban la roca se desprendió alrededor de las 22.30 horas del viernes, generando un gran ruido. La causa de la caída hay que buscarla en las continuas lluvias de los últimos meses, que fueron ablandando y horadando el terreno del talud en el que estaba incrustada. Las primeras estimaciones apuntan que puede pesar alrededor de unos 7.000 kilogramos y su forma complica mucho la maniobra para retirarla. "É das que se chama dente de can, que son difíciles de facer rodar", decía un vecino que vive en la zona.

La primera máquina excavadora que se desplazó a la zona estuvo peleando cerca de dos horas para intentar apartarla y al final hubo que desistir. A primera hora de la tarde se desplazó hasta el lugar un camión que procedió a engancharla con unas eslingas. Los trabajos para completar la retirada deberán seguir el lunes y se baraja la posibilidad de romperla, bien sea con una máquina o mediante un cemento expansivo.

Hasta la zona se desplazó una patrulla de la Policía Local de Bueu junto al concejal de Servizos, Fidel Castro, para colaborar con los trabajos de retirada de la enorme roca. El suceso generó también una gran expectación entre los vecinos. "Menos mal que non causou danos e que non baixou rodando polo camiño abaixo ata a igrexa", afirmaban aún impresionados.