Desde ayer a las seis de la tarde parte de los conductores que circulaban por el tramo abierto del Corredor do Morrazo fueron ya desviados por el carril alternativo y temporal construido durante los últimos meses para sortear el gran desmonte del tercer subtramo de la futura autovía. Tras un trabajo de habilitación de este desvío realizado a contrarreloj para evitar más retrasos por las lluvias, anoche estaba prevista la apertura de toda esta nueva carretera alternativa a la altura del barrio de O Meixueiro. Si por la tarde se desviaban ya por esta vía paralela a los coches que circulaban en dirección Cangas-Meira, esta mañana también están obligados a circular por el desvío los usuarios que conducen hacia Cangas.

La lluvia obligó a retrasar la puesta en funcionamiento de este desvío desde el mes de febrero. Ayer los operarios de la empresa constructora de este último tramo de autovía, la UTE formada por Covsa y Taboada y Ramos, aprovecharon los momentos en los que la lluvia dio una tregua para trabajar a destajo para dejarlo operativo. Durante la mañana se instalaron las biondas de seguridad. Sobre las 13.30 horas se acometieron los cortes parciales previstos en los dos carriles del Corredor, dando el paso alternativamente a los conductores, mientras se apuraba la extensión del aglomerado con la última capa de rodadura.

Alrededor de las 18.00 horas ya se podía utilizar uno de los dos nuevos carriles del desvío, mientras se asfaltaba el otro sentido y se pintaba la pertinente señalización horizontal con las líneas en amarillo, alertando de las obras.

El nuevo desvío estará operativo durante unos seis meses, si se cumplen las previsiones. Permitirá a la constructora acometer en condiciones de seguridad el desmonte con dinamita del mayor talud de este tramo, precisamente en O Meixueiro. El talud que se tendrá que desmontar alcanza los 50 metros de altura y 400 metros de largo.

El desvío que quedó abierto al tráfico esta noche consiste en una carretera de 700 metros de largo, entre los puntos kilométricos 8+200 y 8+800 del Corredor. Cada uno de los dos carriles mide 3,5 metros de ancho y deben tener capacidad para absorber el paso de 10.000 vehículos al día.

El tercer y último subtramo de la autovía deberá entrar en funcionamiento a lo largo de la primavera de 2019.