La intensa lluvia de la tarde no dio tregua en esta ocasión y la procesión de la Santa Cena no pudo salir de la excolegiata de Cangas. Protección Civil lo hacía oficial. Demasiados pasos para arriesgarse a un aguacero.

Comentaba un miembro de la Hermandad de la Misericordia, que es quien rige el paso de la “Santa Cena” que hacía muchos años que la procesión de Jueves Santos no salía. Había trasiego en la ex colegiata, que se convirtió, de repente, en un magnífico museo donde admirar los pasos de la Semana Santa de Cangas.

Mientras algunos fieles hacían la ruta de estos pasos, otros permanecían en los bancos de madera para presenciar una maniobra difícil, como la de colocar la cruz del desenclavo. Son 250 kilos de peso que se transportaron del altar al medio de la primera fila de bancos y para lo que hace falta la fuerza de un buen número de personas, además de una cuerda que se sujeta a la cruz y que ayuda a ponerla de pie: 4 metros y medio de altura.

La cruz de madera maciza se apuntala al suelo del templo y se asegura con cuña de distinta madera. Pero aguanta. Dirige la maniobra el presidente de la Hermandad de la Misericordia, Carlos Hermelo, la ejecuta con impecable maestría José Luis Barreiro, de profesión Policía Local, amante de la Semana Santa de Cangas, que igual se sube a la cima de una escalera que hace redoblar con fuerza el tambor de los cofrades. Después se instalaron las dos escaleras de 24 peldaños, uno en cada brazo de la cruz. Son unos preparativos que acostumbran a realizarse después de la procesión de Jueves Santo y que no mucha gente tiene la oportunidad de presenciar. Al terminar, no hubo aplausos por rubor, no por falta de ganas.

Las imágenes que se quedaron sin salir esta tarde-noche en procesión son las de la Santa Cena, el Huerto de los Olivos, la Flagelación y la Virgen de los Dolores.

Pero parafraseando a Rubén Blades, en la canción de Pedro Navaja: créanme que aunque hubo gente, nadie lloró. No no son las mujeres y los hombres de Cangas proclives al llanto del sur al ver que su hermandad no puede salir en procesión. Tal vez porque la lluvia, en Galicia, es un paso más de la Semana Santa.