El entierro del Momo salió tarde de la lonja de Cangas. Fijada la partida para las 20:00 horas, a las 20:20 aún estaban concentrándose las comparsas y máscaras que iban a participar en el luctuoso desfile. "Os de Sempre" tenían ya al Momo subido al cajón y el personaje ya se burlaba desde su negro altar como dicta la costumbre. Acudieron a arropar a la comparsa canguesa, "Os que faltaban", de Moaña, disfrazados de pilotos de aviación. Al rato llegaron, por sorpresa absoluta, jóvenes de un gimnasio de la villa disfrazados de corazones, que traían una mesa puesta que representaban las cena de San Valentín, patrón de los enamorados. Traían incluso camareros. También de sorpresón llegaron disfrazadas de jóvenes de los años 60 mujeres de la Asociación de Diagnosticad@s de Cáncer de Mama. Ambas comparsas pusieron humor y colorido al desfile.

"Os de Sempre" iban disfrazados de domadores, tal vez de leones o elefantes, que nunca se sabe. Eso sí, sacaban el látigo a la menor insinuación. Alrededor del Momo corría la cerveza que atemperaba la fría lluvia de la noche, con muy poca gente en las calles del frente marítimo y del casco vello de Cangas presenciando el desfile. Poco a poco se fue uniendo alguna que otra máscara que estaba despistada y lo cierto es que el entierro por el casco vello pasó sin dificultades logísticas, que había sido solventadas con anterioridad. El alegre entierro bailaba a ritmo de canciones de carnavalescas del Caribe y también de esas que hicieron famoso a Georgie Dann todos los veranos.

Iba alegre el Momo a su sacrificio. Tal vez consciente de su destino trató de acaparar la atención con gestos y aspavientos, escondido detrás de esa máscara que asusta a los niños pequeños. "Os que faltaban" le dieron caña a la gaita y al tambor, marcando el ritmo un poco del desfile y tratando de animar a esa gente a la que los manifestantes gritan: "¡No nos mires, únete!"

La lluvia no dejó de caer a lo largo de todo el desfile por las calles del casco vello de Cangas y se temía que el criminal castigo al Momo no se consumara. No es fácil que arda con tanta humedad. Al final se logró en las inmediaciones del Concello de Cangas. Poca gente a esa hora. El partido ya había comenzado y la lluvia, que se resistía a marchar, impidió que se uniera más gente a este fin de entroido en la villa. Pero aún queda mucho jolgorio carnavalesco en Aldán este fin de semana.