El corte de cinco minutos de duración que había anunciado la Consellería de Infraestructuras para ayer, a las 12:30 horas, en el tramo III del Corredor en obras do Morrazo, se convirtió en una trampa para decenas de vehículos que quedaron atrapados en una retención, no muy laga, de 32 minutos pero que generó tensión entre los conductores. El corte de tráfico, que empezó a las 12.55 horas, afectó a los dos sentidos de circulación del corredor a la altura del kilómetro 100+900 que ya está en el límite de Moaña con Cangas. La situación afectaría a unos 70 vehículos en ambos sentidos y muchos de los conductores que se disponían a circular en sentido hacia Vigo optaron, incluso, por dar la vuelta en el propio corredor para volver a Cangas y coger la carretera coamrcal PO-551.

El problema que ocurrió es que con la voladura, para reducir la altura del talud, necesaria para el desdoblamiento del corredor, saltaron más piedras de las previstas, que ocuparon buena una de las calzadas e impedían la circulación. De hecho, incluso cuando se reabrió el tráfico se realizó por un solo carril, regulado por los operarios de la UTE constructora, que se llevaron las quejas de los conductores.

Desde la Consellería de Infraestructuras atribuyen lo sucedido a ese material que cayó de más con la voladura, pero consideran que se trató algo muy puntual, y no muy grave. Lo cierto es que las últimas voladuras en este tramo siempre han sido de cinco minutos y ésta es la primera que rompe con lo previsto.

Además del corte de tráfico por la mañana, también estaban previstos otros dos, por igual de tiempo de 5 minutos, a las 15:00 y a las 17:00 horas. Desde la Xunta confirman que solo se realizó uno, a la 15:30, con normalidad y mínimo.

Las obras del desdoblamiento del corredor están discurriendo cerradas al tráfico en los dos primeros tramos, entre Domaio y Meira, de 7 kilómetros. Mientras no llovió los trabajos no generaron problema, pero con la llegada de las lluvias fuertes, han empezado a dejarse sentir los efectos del arrastre de tierras. Ayer lo denunció la Plataforma de Defensa dos Montes do Morrazo que asegura que hay vertidos incontorlados que acaban en los cursos fluiales y finalmente en la ría, sedimentando en sus fondos y afectando a la biodiversidad acuátoica y marina. Añade que este pasado jueves, a primera hora de la tarde, el regato do Barranco doFaro bajaba con el agua marrón por áridos procedentes de los movimientos de tierras que se realizan bajo el viaducto da Mó, sin las correspondientes barreras de contención. Dice que este hecho se repite desde el comienzo de la obra y, por desgracia, éste no es el único regato afectado sino todos los que están a lo largo el trazado del Corredor como el Miñouva, A Freixa, Caiauga, Barranco do Faro, A Fraga y O Inferno. Confirman que hubo vertios en el río da Fraga desde el viaducto da Fraga hata la desembocadura en el intermareal de A Xunqueira; en el Miñouva, desde el viaducto da Moura hasta su desembocadura en la ensenada de San Simón, que es Zona Especial e Conservación de Red Natura. Además de criticar el uso de especies alóctonas e invasoras para fijar taludes, destaca el impacto paisajístico de los nuevos cortes en la roca con decenas de metros de altura y que las obras del desdoblamiento se realizan sin la legal fase de Avaliación de Impacto Ambiental.

Desde Infraestructuras señalan que sí existe una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del año 2001, cuando se construyó el corredor y se evaluó una vía de alta capacidad de cuatro carriles. Añade que en 2012, con el proyecto del trazado del desdoblamiento, se realizó una nueva tramitación ambiental con consultas a organismos acerca de si era necesaria una nueva evaluación de impacto ambiental. Pero como en su momento la DIA ya contemplaba cuatro carriles y como el proyecto tenía menos impacto que el inicial al reducirse el movimiento de tierras de los desmontes, se resolvió no someterlo a evaluación de impacto ambinetal.

En cuanto a los vertidos, señala en los momentos de intensas lluvias, como la última borrasca Ana, el funcionamiento de los sistemas para evitar vertidos fue bueno y se minimizaron y se adoptaron medidas inmediatas en caso de arrastres puntuales. Insiste en que la Xunta tiene un equipo de seguimiento ambiental para controlar estas cuestiones.