Vive en Cangas, tiene 37 años y una hija de 14 que sufre Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), así como síndrome de Asperger en un grado menos grave que el autismo, pero que le provoca dificultades en aspectos sociales, cognitivos y comunicativos, aunque no le ha impedido estudiar y llegar a tercero de ESO, pero en medio de un calvario por el presunto acoso escolar que esta madre se ha decidido a llevar por vía penal. Su hija cursó estudios en un colegio concertado de Cangas y cuando llegó el momento de hacer la Secundaria pasó al Instituto María Soliño. N.R.C. asegura que ya en el colegio, la niña sufrió burlas y cuando pasó al instituto, al principio iba bien, pero los problemas empezaron en el segundo trimestre, según la madre, debido al acoso psicológico, la falta de comprensión de algunos compañeros y la negación de la situación por parte del equipo directivo. Por esta razón, y orientada por la pediatra de su hija tras el último suceso, denunció el caso ante la Guardia Civil de Cangas "como única vía por agotar, la judicial".

La denuncia la presentó el pasado 25 de octubre para que sea la Fiscalía de Menores quien decida.

En ella hace constar que el 24 de octubre tuvo que acudir al centro por una llamada desde Secretaría solicitando recoger a su hija. Ya en el centro tuvo un encuentro "desafortunado" con la directora cuando le dice que el curso del expediente pro acoso escolar que sufría su hija estaba resultando ineficaz "y al reprochar esto, la actitud de la directora fue de negación".

La madre asegura en la denuncia que su hija ya no quiere acudir a clase debido al "machaque psicológico diario por parte de varios compañeros y compañeras que se meten con ella "e incluso le propinan empujones o que cuando la ven dicen -apartaros- como repudiando su presencia". Entiende que todo ello se produce sin motivación evidente "y con el apoyo de otros compañeros que ríen la gracias de estos hostigadores".

Reconoce que empezó a percatarse de que a su hija le sucedía algo por sus propias manifestaciones verbales, su disminución del rendimiento escolar (en 2º suspendió cuatro asignaturas), estado de ánimo con baja autoestima, falta de apetito y delgadez más acentuada.

Recuerda que ya en 2º de ESO puso en conocimiento la situación, primero a la tutora y después a la jefa de estudios y a la directora.Llas entrevistas con posterioridad se sucedieron a lo largo el curso, pero señala en su denuncia que desconoce las medidas adoptadas por el centro, en donde no le facilitaron datos precisos. Cree que al no haber consecuencias para los acosadores, han reforzado sus conductas "ocupando una situación de superioridad e impunidad más acentuada sobre la víctima", que se muestra más agresiva, nerviosa y alterada con facilidad, en una situación que cesa durante el período vacacional. Su madre reconoce que la niña rechaza contar la situción que vive.

Sobre el tipo de acoso, en la denuncia la madre manifiesta que su hija se ve expuesta a maltrato verbal con insultos como "loca, me das pus (similar a me das asco), cáncer, no eres lista y si ella replica se echan a reir". También le llaman "sidosa buscando su exclusión" y otras niñas hablan mal de ella para que no tenga amigas. La madre denuncia que la provocan para que realice ciertas acciones aprovechándose de que ella interpreta literalmente sin atender a ironías pensndo que así se van a llevarmejor con ella; la incomodan con empujones o le propinan patadas: "Cualquier circunstancia sirve para mofarse de la niña", relata en su denuncia, en donde concluye que este odio no es motivado y que le ocasiona aislamiento y su lloro.

Dice que este "trato degradante" le lleva a resguardarse en la biblioteca del centro para no exponerse a sus acosadores en el recreo:"El hostigmiento y el maltrato verbal es sistemático, a diario, situándola en objeto de todas las burlas, lo que le produce un sentimiento de angustia y que ya haya protagonizado conductas autolesivas.