"Dejé la desbrozadora en el suelo y eché a correr", asegura el vecino de Bueu Damián Rodríguez Freire, a salvo ya del ataque de avispas velutina que sufrió en la tarde del jueves y por el que tuvo que ser atendido en el Centro de Salud de la localidad. Sufrió diez picaduras en los brazos y en el cuello, que se hincharon a los pocos minutos del suceso. Asegura que la picadura llegó a atravesar el jersey de lana que llevaba puesto y que se salvó de más, gracias a que pudo escapar por su propio pie y llegar hasta el coche, estacionado a unos 200 metros, en el que condujo hasta el centro de salud. Allí permaneció un tiempo mientras hacían efecto las dos inyecciones de calmante y antiestamínico que, explica, le suministraron en el centro, además de una pomada.

Damián Rodríguez se encontraba desbrozando en la finca familiar de Sabarigo, en Cela, frente a la gasolinera. Eran las cinco de la tarde y cortaba una maleza de alrededor de un metro de altura cuando se encontró en el medio, a unos 50 centímetros del suelo, un gran nido de velutina. Tendría el tamaño de una pelota de playa. Dice que empezaron a salir las avispas y que le dio tiempo a correr y meterse en el coche.

Con el precedente del vecino de O Porriño fallecido el día anterior por el ataque de al menos 25 picaduras de velutina, los nidos de esta avispa están en el punto de mira y su presencia ha intranquilizado más a la población. El portavoz de la delegación de la Asociación de Apicultura de Galicia en O Morrazo -Daga, José María Bello, asegura que ayer recibieron 9 avisos de nidos -5 en Cangas, 3 en Moaña y uno en Bueu- con mucha presión por parte de los afectados que quieren que se les retire ya, asegura el apicultor y experto en vespa velutina.

Ayer por la noche, Bello acudió con el padre de Damián Rodríguez hasta la finca de Sabarigo para eliminar el nido. Asegura que se trataba de un "bicho" de enjambre de unos 45 centímetros de alto por 35 de diámetro que estaba a casi un metro del suelo y enredado entre silva. Estaba lleno de velutina y se eliminó con fuego: "Si llega a ser una persona mayor, posiblemente estemos hablando de otro fallecido. En su caso pudo echar a correr". El nido se encontraba a 150 metros de otro "inmenso" que los apicultores mataron hace unos 15 días en un árbol y que sigue allí, aunque muerto, porque no fueron capaces de echarlo abajo.

Bello y la red de apicultores de O Morrazo que están colaborando contra la plaga de velutina, eliminaron también ayer otros nidos en árboles en Moaña, en O Redondo, dos junto a la iglesia de San Martiño y estaba pendiente de otro en un naranjo en Broullón. También se pinchó otro en la calle Pegueiriño, en el barrio del Espíritu Santo, en Cangas y tres en el camino vello de Darbo. Hoy tiene previsto eliminar otro en el casco histórico de Cangas, junto a la excolegiata.