Su barco se llama "Mar", vive de las artes de la pesca y estudia otras artes que le permiten pintar, sobre todo, paisajes marinos. Santiago Novas tiene 37 años y es natural de Santa Cristina de Cobres, en Vilaboa, aunque su barco pertenece a la Cofradía de Cangas. Es marinero por la mañana, o cuando las artes de pesca lo exigen, y estudia cuando deja de pescar. En estos momentos se está doctorando como licenciado en Bellas Artes. ¿Verdad que nunca hay que dejar de estudiar y que esto es compatible? pregunta Santiago viendo para su sobrino Kevin García, de 23 años, tripulante a bordo de su barco y que estudió un ciclo medio de carpintería. "Yo me estoy doctorando en Bellas Artes", asegura con total normalidad mientras saca la centollas de su barco para llevarlas a vender a la lonja junto a unas rayas.

Su historia no es habitual, sabe lo importante que es estudiar, que hay que hacerlo siempre -dice-, de hecho primero realizó técnico en Artes Aplicadas, después se licenció en Bellas Artes y realizó un master en Arte Contemporáneo. Pero también sabe que la pesca no hay que dejarla: "No se puede perder el mar en Galicia". Santiago Novas se dedicaba antes al marisqueo a flote y siendo marinero ya protagonizó su primera exposición de pintura en el Museo de Pontevedra.

Está entusiasmado con su segunda campaña a la centolla, aunque reconoce que sigue siendo nuevo en estas artes. Le pregunta al patrón de al lado, mucho más veterano, si tuvo el mismo día que él. "!Hay mucha centolla pero sin carne", coinciden ambos patrones.

Muchas de las que ayer cogieron estaban malas y volvieron al mar. Son conscientes de que aún no es la mejor época. La opinión es casi unánime en el sector del sur de la provincia en cuanto a que la veda debería de abrir el 1 de diciembre cuando la centolla está bien de peso, más alimentada con los temporales y, en consecuencia, con mejor precio. Sin embargo aseguran que la apertura la impone la zona norte . De la misma opinión son muchos compradores que ayer estaban en la subasta de Cangas. Dicen que cuando mejor está la centolla es a principios de diciembre, no sólo por su peso sino por también por precio.