Técnicos de la Diputación de Pontevedra y responsables del gobierno local de Bueu mantuvieron ayer una reunión sobre el terreno para abordar dos actuaciones que para el Concello son "preferentes e de prioridade máxima": la mejora de la seguridad vial en la carretera de A Roza, entre el centro de Beluso y el entorno de la iglesia parroquial, y la conclusión de las obras de ensanche de la calzada entre Meiro y Ermelo, paralizadas desde hace más de una década. Las dos partes apuestan por definir una senda peatonal de casi un kilómetro de longitud para garantizar la seguridad de los peatones en el vial de A Roza. Uno de los requisitos para materializar este proyecto es la consecución de los terrenos necesarios, para lo que se negociará con los vecinos la cesión de espacio y el retranqueo de muros.

La presión vecinal obligó en el verano a paralizar la obra prevista por la Diputación dentro del Plan Móvese, que contemplaba la construcción de "lombos" o pasos de cebra elevados para obligar a los automóviles a reducir la velocidad. Los vecinos exigen una actuación integral sobre la calzada, que soporta un elevado tránsito de vehículos durante los meses de primavera y verano puesto que es el acceso al espacio natural de Cabo Udra. El alcalde y el edil de Servizos, Félix Juncal y Fidel Castro, estuvieron ayer junto a los técnicos provinciales valorando las posibles alternativas. La opción que se plantea como más factible pasa por la delimitación de una senda peatonal "segura e ben sinalizada" entre el cruce de Beluso y las inmediaciones de la iglesia, que supone cerca de un kilómetro de distancia. Esa trazado discurriría al menos por uno de los lados de la carretera y el tramo que se antoja como más complicado es el comprendido entre el cruce hacia Tulla y el propio templo.

La Diputación realizará en los próximos días un levantamiento topográfico del terreno y a continuación redactará el proyecto técnico. En esa propuesta se prevé un tratamiento diferenciado para el entorno de la iglesia parroquial y del área de aparcamiento. La intención es usar un tipo de pavimento diferente, apostando por una intervención similar a la realizada en la aldea de Ermelo. En ese proyecto se cuantificarán las cesiones necesarias para poder ejecutar esa senda peatonal.

El coste del proyecto será asumido íntegramente por la Diputación y desde el gobierno local confían en que se pueda ejecutar antes del próximo verano. "Trátase de un desexo e imos esforzarnos para que así sexa.Pero é algo que tamén depende de outras administracións, como Patrimonio, que debe autorizar a obra no entorno da igrexa", apuntaba ayer el regidor.

En lo que respecta a la carretera provincial entre Meiro y Ermelo, desde el Concello reclaman la necesidad de que la Diputación retome los trabajos que quedaron interrumpidos hace más de una década. Hay lugares en los que el vial tiene el ancho completo, mientras que en otros se estrecha de nuevo. "Non é normal que isto permaneza así despois de tanto tempo e hai que rematar o pavimentado, sobre todo na zona máis cercana a Meiro", subraya Juncal. En este caso también se apostaría por delimitar una senda para el tránsito de los peatones, algo que a priori no debería resultar complicado puesto que existe espacio suficiente.