Tras meses de investigación, la Guardia Civil ha detenido a un vecino de Marín por la presunta violación de tres mujeres de 36, 42 y 75 años. La primera agresión sexual se produjo en julio de 2016 en Bueu, mientras que las dos siguientes tuvieron lugar en Cangas, la última de ellas en marzo de este año.

Los agentes señalan que las mujeres "sufrieron agresiones sexuales de extrema violencia", tras ser sometidas a "aberrantes prácticas y vejaciones que les produjeron graves daños físicos y psicológicos". Las tres víctimas tuvieron que recibir asistencia médica por las heridas, desgarros y los golpes que el violador les propinó.

La Guardia Civil subraya que el último caso fue "el que más alarma social produjo" debido a la edad de la víctima, de 75 años. De hecho, el relato de la mujer fue clave para la investigación, al relatar cómo se produjo la brutal agresión.

El autor habría accedido al inmueble por la parte trasera del mismo en plena noche, rompiendo una puerta de cristal. Ya dentro, ató a la mujer a cama y la amordazó para abusar de la víctima. Según contó la víctima a sus vecinos, abrió una botella de vino y le vertió parte de su contenido encima.

La septuagenaria logró librarse de las cuerdas que la ataban a las 3.30 de la madrugada de aquella noche, saliendo de su hogar para pedir auxilio a sus vecinos, ya que quien asaltó su casa se llevó consigo el móvil para impedir que pidiese ayuda. La mujer consiguió relatar lo ocurrido pese a las lagunas que padecía por el shock sufrido. "Cuando llegó a nuestra casa no era capaz ni de hablar", aseguró entonces el matrimonio que ayudó a la mujer.

La Guardia Civil vio un 'modus operandi' similar en los tres casos a partir de los relatos de las víctimas. Los interrogatorios de los últimos meses permitieron dar con la identificación y detención del presunto responsable: un vecino de Marín de 40 años que hoy mismo ha pasado a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 2 de ese municipio.