"Xa me din na casa que non cruce se non teño compañía, pero nalgún momento teño que pasar", advierte Consuelo, una anciana que vive a pie de curva en O Viso y con propiedades en ambas márgenes de la carretera, en la que recientemente fue alcanzada por una moto. Mientras habla, otros vecinos se aventuran a atravesar el vial para coger el autobús en un tramo que carece de pasos de cebra. "Non os busques porque non os vas a atopar", advierte José Figueroa, Pepe, presidente de la asociación de vecinos de Liméns y obligado a desplazarse en silla de ruedas, lo que multiplica el riesgo.
Celia Franco, la vicepresidenta del colectivo, lamenta que llevan años reclamando a la Xunta que habilite "pasos de cebra, pasos elevados ou semáforos" que permitan regular el tráfico y dar tregua a los peatones frente a los vehículos, pero de poco o nada han servido hasta ahora. La secretaria, María Millán, acumula documentos sobre esas gestiones infructuosas, que vienen de atrás y que la asamblea de vecinos renueva periódicamente con los mismos resultados. La última, el pasado sábado, y algunos afectados ya requieren medidas "máis drásticas".
Basta apostarse media hora en cualquier punto de O Viso para comprobar que las situaciones de peligro se suceden. Mientras fluyen los testimonios, un hombre con problemas de visión es asistido para cruzar y una mujer otea el tramo visible de la carretera y la atraviesa precipitadamente empujando un carrito de bebé. "Non me queda outra se quero cruzar", justifica, instantes después de que varias personas más circulen por la margen sin acera para coger el autobús que se acerca a la parada. "A quen lle pode parecer normal que teñamos diante unha parada e non haxa un paso de peóns para acceder a ela? Non hai ningún en dous kilómetros á redonda", repite Pepe, que repasa algunos argumentos de la Xunta para no actuar, como que "non se poden poñer pasos a menos de 300 metros dunha curva" o que no procede instalar reductores de velocidad "en tramos con este volume de tráfico", que es especialmente intenso en verano, y por las noches, ya que "esta zona carece de alumeado público".
El Concello reconoce "este asunto grave de seguridade" y ha dado algunos pasos como intermediario. El alcalde está pendiente de reunirse con el jefe territorial de Infraestruturas y los vecinos exigen "resultados prácticos xa".
