La directiva de la Asociación de Vecinos de Espiñeira, de Aldán, vagó por numerosos despachos durante tres largos años. Sus miembros fueron tratados como una pelota de tenis de un lado a otro y eso que su único propósito era saber qué administración tiene competencias en la rampa de varada de San Cibrán, cerca del paseo Carlos Pérez. Está en muy mal estado y la asociación pretendía solicitar a la administración competente que la reparara. Primero fueron al Concello de Cangas, donde se les dijo que la competencia sobre este tipo de infraestructuras no era suya. Después fueron a Portos de Galicia.

Allí les dijeron que la rampa no era suya y le mostraron cartografía para probar quién tenía las competencias era Costas. Pensaban que estaba ya todo resuelto, pero no. Llegaron a la dirección provincial de Costas y allí les dijeron que la rampa tampoco era suya. Fue entonces cuando desde la asociación hicieron llegar a Costas que como no era de nadie esta infraestructura la iba a reparar los vecinos. Pero tampoco. Costas se lo prohibió bajo amenaza de una severa multa. Ellos siguieron con las pesquisas y llegaron a la conclusión de que la rampa está en terreno de Costas. Pero como siguen sin hacerle caso, la presidenta de la Asociación de Vecinos de Espiñeira, de Aldán, instaló el ya famoso cartel de "Rampa abandonada busca dueño". Pero es agosto y en la administración está prácticamente cerrada. Todo sigue igual