Las playas de Cangas volvieron a estar a tope este fin de semana. El calor apretó ayer y las urgencias por refrescase y gozar de un mes de agosto alejado de los pronósticos de los hombres y mujeres del tiempo (equivocados en las últimas fechas) hizo que los arenales se llenaran, que las colas para llegar fueran más soportables y que la ingesta en chiringuitos se aceptara con resignación cristiana.

Se temía un día duro para los automovilistas. Pero parece que las muchas advertencias que se realizaron y, también, como no, las multas que se impusieron por mal aparcamiento, cumplieron por fin su propósito. Los atascos en los accesos a las playas fueron menos. También tuvo mucho que ver la colaboración ciudadana, que advertía a los foráneos de los lugares donde debía aparcar y donde no, además impedir que se ocupara las zonas de evacuación.

La Policía Local confirmaba ayer que los atascos fueron menos y que los problemas surgieron en la calle David Cal, en Vilariño, vía de salida de los vehículos de las playas de O Hío, que tuvo ayer especial trasiego como consecuencia de popular festival de Vilariño.

Aún con todo, la Policía Local que estuvo en el turno de tarde esta semana impuso entre 40 y 50 multas en zonas de playa cada día y ayer se acercaban a las 80. Y es que sigue siendo muy complicado que los accesos a las playas soporten el tráfico que llega, vías muy estrechas y sin posibilidad de ampliación, en la mayoría de los casos.