La Policía Local dio el alto ayer por la mañana en la Avenida de Marín a un hombre que había arrancado su vehículo visiblemente borracho, lo que se corroboró tras practicarle un control de alcoholemia que registró cinco veces la tasa máxima permitida, que es de 0,25 miligramos por litro de aire espirado. En septiembre será sometido a juicio rápido por un supuesto delito contra la seguridad en el tráfico.

Los agentes también detuvieron en el puerto de Cangas a una mujer de 39 años que pretendía coger el coche con claros síntomas de haber consumido alcohol y drogas. Se mostró agresiva con el personal sanitario y tuvo que ser reducida.