La ampliación del cementerio de Coiro en 610 nichos comenzó en 2005 y pasó varios años inmerso en la polémica debido a las disputas entre un particular y el Concello por la titularidad del acceso, que interfirieron en el procedimiento. Tras varias interrupciones, en otoño de 2007 el gobierno local decidió recepcionar las obras que ejecutó Movex Vial, dejando pendiente el acceso hasta que una sentencia firme aclarase las dudas sobre los terrenos, pero el reparto de los nichos no se formalizó hasta 2010, por lo que todos los enterramientos en ese ámbito tienen un máximo de siete años. Cada nicho fue adjudicado por el Concello, en concesión durante 99 años, por 1.117,19 euros y fueron 279 los adjudicatarios.

Los problemas judiciales durante la construcción, así como la demora del Concello para pagar a Movex Vial la obra, que se presupuestó en algo más de 600.000 euros, dejó en segundo plano la supervisión de la calidad de los trabajos, según apuntan algunos técnicos. El alcalde y la concejala de Obras e Servizos también son de esta opinión, a tenor de lo que se están encontrando ahora los obreros. Como ejemplo, Giráldez asegura que los osarios, situados en la fila superior, carecen de una estructura sólida y se sustentan únicamente en las finas losas con que están construidas, por lo que el conjunto es muy endeble. Prueba de ello es que ayer ya se desmontaron muchas de esas piezas para evitar más sustos.