El fin de semana que ha actuado como puente vacacional entre los meses de julio y agosto ha confirmado el repunte de visitantes a la comarca morracense y también el de la "movida" nocturna en Cangas, según se desprende de las quejas de vecinos de la Avenida de Marín y su entorno por las aglomeraciones de gente en la calle a altas horas de la madrugada, la práctica del botellón, algunas peleas y desperfectos en bienes públicos y privados. Los partes de la Policía Local confirman algunas de esas incidencias y el elevado ritmo de trabajo del cuerpo municipal, que solo dispone de una patrulla nocturna formada por tres personas, entre agentes y auxiliares, para atenderlo. Además de la escasez de policías, los residentes echan en falta la presencia de la Guardia Civil en tareas de vigilancia y control de lugares problemáticos, a pesar de las promesas de la subdelegada del Gobierno al alcalde y a los representantes vecinales de que se reforzaría este servicio durante el verano.

"Volvemos a la fiesta en la calle y a las noches en vela", señalan Mercedes y José Luis, una pareja que pasa el verano en una vivienda de esa céntrica zona de Cangas "para disfrutar y descansar, aunque, paradojicamente, esto último es fácil por el día e imposible por las noches", aseguran. Sobre todo a partir de las cinco o seis de la madrugada, cuando cierran los locales de ocio nocturno y la gente empieza a apelotonarse en la vía pública para seguir divirtiéndose, explican. La llegada de turistas que inician sus vacaciones en agosto y la celebración de un festival en la explanada de Ojea y de conciertos en locales privados ha supuesto "un paso a peor", añade otra de las personas afectadas, y admite, con educada resignación, que "estar aquí los fines se semana, por lo menos en verano, lleva implícito renunciar al sueño".

El regidor, Xosé Manuel Pazos, reconoce que también ha recibido quejas en el mismo sentido por parte de directivos de la asociación vecinal Santiago Apóstol que describen situaciones similares y no aprecian las soluciones comprometidas en las reuniones mantenidas hasta ahora en problemas como el control de horarios o las aglomeraciones en las calles, que amanecen sembradas de vasos y botellas, además de orines y algunos desperfectos sin que la Policía Local dé abasto para atajarlo ni la Benemérita haga acto de presencia.

Pazos insiste en que el Concello no tiene capacidad para contratar policías "da noite para a mañá" ni recibe la ayuda necesaria de la Guardia Civil por carecer de efectivos nocturnos en Cangas y el servicio lo cubren patrullas de Moaña o Marín. Vuelve a llamar a la puerta de la Subdelegación para que "axude a resolver o problema".