La actividad de descarga de mejillón regresó ayer al puerto de Bueu. La situación, desgraciadamente para el sector, no deja de ser insólita. En los últimos años lo habitual a estas alturas del año es que todos los polígonos mejilloneros estuviesen cerrados por culpa de la toxina. Según los datos históricos del Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intecmar), la última vez que los viveros situados en aguas de Bueu estuvieron abiertos en estas fechas fue en 2010. Fue dentro de un panorama muy parecido al actual, con una apertura global a nivel gallego.

Los bateeiros de Bueu permanecían cerrados desde el pasado 10 de marzo, cuando apareció el episodio de toxina asociado al inicio de la apertura y que siempre afecta en primer lugar a la ría de Pontevedra. A lo largo de la semana pasada se registraron dos resultados consecutivos favorables, con lo que en teoría se podría decretar una casi inesperada apertura. No obstante, el Intecmar, ante preguntas de algunos miembros del sector, comunicó que realizaría un tercer muestreo antes de tomar una decisión definitiva. Esa analítica se realizó el viernes y confirmó que se podía proceder a la apertura. Ayer se realizaron las primeras descargas y según las primeras estimaciones éstas rondaron los 15.000 kilos. Una cifra relativamente modesta después de tres meses de cierre. "Hay que tener en cuenta que está toda Galicia abierta, no solo Bueu", reconocen desde el sector.

La calidad del producto es muy buena, tanto en apareciencia como en vianda. El mejillón presenta una concha con muy buen aspecto, que es lo primero que llama la atención en el mercado de fresco, y se complementa con un interior completo de carne. Ésta era una de las preocupaciones del sector puesto que el molusco acaba de pasar un proceso de desove y temían que estuviese flaco.

Los datos históricos del Intecmar comienzan en 1996 y demuestran que, al menos desde 1998, las veces que la ría de Pontevedra ha estado abierta a estas alturas son contadas. Antes del año 2010 habría que retrotraerse a 2006. Y entre 1998 y 2006 solo hubo alguna que otra apertura parcial y puntual.

En estos momentos la inmensa mayoría de los polígonos bateeiros de Galicia están operativos [las únicas excepciones están en Sada y Corme] y la mayoría de la producción se destina para la venta en fresco. Los últimos polígonos en abrir fueron los tres de Bueu y uno de Aldán (el Cangas B), con autorización de apertura desde el sábado. Previamente, el día 15, se autorizó abrir al otro polígono de Aldán, y entre el 3 y el 10 de junio abrieron progresivamente las bateas situadas entre Meira y la bocana de la ría de Vigo.

Alivio

Esta situación no deja de ser un alivio para los bateeiros de Bueu y de la ría de Pontevedra, que son habitualmente los más castigados por la toxina. Una de sus zonas de producción, la Bueu A2 [entre Agrelo y Lapamán] en los dos años precedentes abrió en el mes de enero, después de la campaña navideña, para cerrar a mediados de marzo y no volver a abrir hasta enero.