Los restos hallados en su día en el yacimiento de Pescadoira, en el lugar donde antiguamente se ubicaba la antigua factoría conservera de Alonso, continúan llegando al Museo Massó. Esta misma semana se depositaron en el el museo buenense una docena de cajas con cientos de restos variados hallados en los primeros sondeos y excavaciones realizados en esta zona. Fueron unos trabajos que comenzaron en el año 1999 y que estaban dirigidos por el arqueólogo Ricardo Viñas Cué. Los hallazgos realizados avanzaron la magnitud de lo que luego aparecería en Pescadoira: un yacimiento de la época romana que revelaba la existencia de una industria salazonera en la localidad entre los siglos II y IV de nuestra era.

Los arqueólogos Ángel Carreira y Mar Cortegoso entregaron todo este material a la directora del Museo Massó, Covandonga López de Prado, que avanza que una vez que esos restos estén siglados [numerados] e inventariados se pondrán a disposición de los investigadores. Ricardo Viñas Cué dirigió dos sondeos en los solares número 4 y 7 de la Avenida Montero Ríos, un trabajo en el que uno de sus ayudantes fue Ángel Carreira. "Hasta el momento en el que realizamos los primeros sondeos había referencias y algunos hallazgos. Pero a partir de esos trabajos empezó a verse la dimensión de lo que allí había, con una fábrica de salazones y una villa; algo realmente importante", explica Carreira. Es a partir de entonces cuando empieza a hablarse deun yacimiento en Pescadoira, que en los últimos años ha culminado con la identificación de dos tipos de ánforas: la San Martiño de Bueu 1 y la San Martiño de Bueu 2.

El depósito que se acaba de entregar al Museo Massó incluye una gran variedad de restos, con abundante cerámica, tanto romana como de importación o sigilata, fragmentos de ánforas y algunos hallazgos curiosos, como una hoz que se encuentra recubierta por una suerte de costra de óxido. También se ha aportado la basa de una columna, aunque los arqueólogos puntualizan que apareció "descontextualizada" y es difícil aportar datos sobre ella.

Las prospecciones dirigidas por Ricardo Viñas Cué sirvieron como punto de partida para lo que vendría después, con las excavaciones dirigidas por Franciso Javier Padín Nogueira y Fructuoso Díaz. Fue el equipo de este último el que sacó a la luz el horno alfarero romano, sin duda la pieza de mayor relevancia de las halladas en Pescadoira. Ángel Carreira a su vez también dirigió un sondeo y una excavación y participó en la de Fructuoso Díaz.

El volumen de restos encontrados es tan grande que su proceso de clasificación requiere mucho tiempo. "Además el museo tampoco estaba en condiciones de recibir de golpe todos los hallazgos realizados en Pescadoira. No teníamos las instalaciones físicas ni el personal necesario", explica Covadonga López de Prado.

En 2012 la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural decidió que todos los hallazgos realizados en Pescadoira se depositasen en el Museo Massó y no en el Museo de Pontevedra. El depósito se formalizó en marzo de 2013, con la entrega de más de 10.000 piezas que constituyen una colección "inusual y extraordinaria" debido a su variedad y antigüedad.