El escultor Manuel Coia falleció ayer, a las 11.00 horas, en el centro hospitalario de Povisa, en Vigo, tras sufrir una insuficiencia cardíaca. El prolífico artística cangués cumplió el pasado día 17 de marzo 84 años de edad, en su "retiro" de Nerga. Autor del "Galeón", conocido popularmente como la Sirena, que preside el mar de Cangas, había vivido y trabajado antes en distintas partes del mundo: Madrid, Suiza y Brasil. La familia manifestó ayer la intención de incinerar su cadáver y está previsto que a las 18.45 salgan los restos mortales en comitiva desde el tanatorio de Cangas. A las 19.30 horas está previsto que su amigo, el párroco de O Hío, Alfonso Fernández, realice un acto en la iglesia de O Hío.

Natural de la parroquia de O Hío, su trayectoria como escultor es amplia y variada. Comenzó a trabajar desde muy joven en una época en la que el mundo del arte era inaccesible en una villa como la de Cangas. Inició sus estudios artísticos en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo y posteriormente, tras obtener una beca de la Diputación de Pontevedra, ingresó en la Academia de Bellas Artes de Madrid. Al margen de su actividad artística, Manuel Coia trabajó gran parte de su vida como marinero, lo que le sirvió para recorrer el mundo e inspirarse del arte de otras culturas y del mar.

Comenta su hijo Santiago que hace algo más de un mes que su padre se encontraba mal, que había bajado cinco kilos y tuvo que llevarlo varias veces al médico en los últimos diez días. Fue el jueves cuando la familia lo decidió llevar a Povisa, donde quedó internado. Manuel Coia fue operado hace algo más de veinte años de corazón para ponerle varias válvulas. Relata Santiago que cuando subió a la ambulancia comentó: " Xa sei donde vou e que non voltarei", comentó con su peculiar carácter, que mantuvo hasta el último instante. Los hijos comentaban ayer que a los médicos les pedía que se presentaran, "porque eu non falo con calquera". Era un hombre de marcado carácter, para bien y para mal, que lo dejaba patente en su vida cotidiana. Incansable, los problemas con el corazón no le habían puesto pausa a su frenética actividad y la edad lo había convertido en un cascarrabias y gran conversador que podía acabar con la paciencia de cualquiera.

Para el alcalde de Cangas, Xosé Manuel Pazos, ayer se fue un grandísimo amigo, un hombre con el que tuvo gran confianza durante muchos años y al que califica de genio. "Era un xenio, como artista e como escritor, no más amplo sentido da palabra xenio", señala el regidor local, que considera que la muerte de Manuel Coia le cogió de improviso. "É unha pérdida irreparable para a arte. Non esperaba esta noticia".

El portavoz del PP y exalcalde, José Enrique Sotelo, también se refiere a él como uno de los artistas de referencia, no sólo de Cangas sino de la provincia, de hecho Coia tiene piezas expuestas en la isla de San Simón, en Arousa y en muchas obras de César Portela. Sotelo, en cuya época Coia fue pregonero de las Fiestas del Cristo de Cangas, destaca el carácter noble que tenía el fallecido y dice que le gustaría conseguir entre todos que dos grandes obras de Coia que permanecen en su taller -una sobre un naufragio y la otra sobre un acuario-se queden en Cangas.

La obra preferida de Coia era A Gamela, sita en el pequeño jardín que hay frente al consistorio municipal, pero tiene gran parte de su obra repartida por todo el municipio: "Os mexilóns" (en la rotonda de Pedra Alta)" las Palomas," en las inmediaciones de la Capela do Hospital; "El Violinista" de madera que se puede ver en el Auditorio y el "Pensador," que fue la última que se colocó, que preside la plaza de San Xosé, frente al cementerio. Ahora estaba terminando una escultura de 2 metros de alto, que asemejaba un camarero.