Agustín Guimeráns descubrió un día a los cangueses su enfermedad. Aún su voz era entendible y su sonrisa y optimismo nos conmovió a todos. Su implicación en la lucha contra la enfermedad supuso que su trabajo fuera reconocido por la Asociación Galega de Afectados de Esclerose Lateral Amiotrófica y fue nombrado presidente local del citado colectivo. A fuerza de actos, charlas y conferencias, los hombres y mujeres de O Morrazo conocieron esa terca enfermedad que se resiste a la investigación. Ahora, con la voz ya quebrada, necesitado de un aparato para dejarse escuchar, Agustín Guimeráns se mantiene en la lucha con esa sonrisa que no apea. Ayer debió de sentirse orgulloso. El pueblo de Cangas respondió a la llamada de la gala benéfica con un lleno, demostrando que cuando vienen mal dadas ahí está el pueblo de Cangas para ayudar.

No importaba mucho el programa de la gala benéfica, que también, pero conseguir dinero para que se acelere la investigación para luchar contra el ELA es prioritario. Y más que meritoria fue la actuación de Moito Morro Teatro, de la Escuela de Danza Inés Núñez, de Abmiram Quartet Percusión y 2Con2. Entretuvieron al público y, por unos momentos, la enfermedad no existía. Pero la ELA existe.