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"Fue una angustia, pagábamos pero la casa nunca se construía"

Jairo R. E. y su mujer ingresaron 37.407 euros a un empresario de Ciudad Real para construir una casa en Cangas que nunca se hizo

Jairo R. E. con su mujer (prefieren ocultar su rostro), ayer en la alameda de Cangas. // Gonzalo Núñez

Fue como El cuento de la lechera. El jarro del cangués Jairo R.E. y su mujer,lo rompió un empresario, apoderado de una empresa de construcción de casas,con sede en Ciudad Real, con la que contactaron a través de internet, para construir una casa modular. Era el año 2011. Jairo R.E. de 35 años y su mujer, habían decidido vender su piso en Cangas llevados por la ilusión de vivir en una casa con finca. En vista de que Hacienda les otorgaba una moratoria de dos años para pagar los impuestos por las ganancias de dicha venta si se invertía en una vivienda nueva, optaron por la construcción de una casa modular, rápida. La encontraron por intenert. Eran 80.001 euros y el plazo de construcción, 120 días.

Todo se ajustaba a sus planes y supuestamente el 4 de julio de 2011, según los palzos publicitados, la joven pareja debería de contar con la casa hecha. pero lo que vivieron, Jairo lo califica de "angustia, una angustia tan grande que nos generó tensión en el matrimonio, ansiedad, estrés y problemas laborales".

Este martes se celebró en la Audiencia de Pontevedra el juicio contra este empresario, L.T.M.,que ellos denunciaron por presunta estafa o subsidiarimente por apropiación indebida, ya que la casa no se construyó y ellos ingresaron tres anticipos por importe total de 37.407 euros. (6.000 el 3 de marzo de 2011; 16.000 el 25 de mayo y 15.407 el 3 de agosto de 2012).

Jairo asegura que cuando contactaron con el empresario, todo resultó muy bien, él acudió a Cangas y en el hotel donde se hospedó firmaron el contrato. A los dos días ya ingresaron los 6.000 euros.

Hasta ahí, ellos no vieron nada que objetar. El empresario tenía que presentar el proyecto de la casa para visar, pero hasta que lo hizo pasó un año, recuerda el vecino de Cangas,que espera que nadie se tenga que volver a ver en la situación que su mujer y él pasaron.

Asegura que lo largo de ese año, entre 2011 y 2012, L.T.M. acudió en varias ocasiones a Cangas "y nos tranquilizaba", con él acudían a ver empresas de ventanas,de puertas, de cuartos de baño...para elegir los materiales. pero después todo eran "excusas" a la hora de hacer la casa, asegura el cangués, que puso la situación en manos de un abogado. A través del letrado se le pidió que para seguir, avalara la cantidad entregada y la que faltaba para completar el presupuesto de la casa, pero se negó. Después de aquello, añade el afectado, L.T.M.se comprometió a venir con los camiones en agosto. Jairo asegura que dejó de acudir a su trabajo, como vendedor ambulante, pero estuvo todo el día esperando y ni un solo camión llegó. Dice que a los dos días le llamó dando la excusa de que en agosto es imposible contratar transporte por estar de vacaciones.

Aclara que tuvieron que afrontar un nuevo pago de 15.000 euros porque él les podría denunciar por incumplimiento de contrato. En ese momento ya acabó cualquier relación con él y todo acabó en los tribunales.

L.T.M. se sentó el martes en el banquillo de la Audiencia Provincial y alegó que él había cumplido con parte de su trabajo y que todo se había debido a la crisis económica y a problemas que habían surgido entre ellos. Jairo y su mujer tuvieron que recurrir a ayudas económicass de las familias para poder construir su casa, pero de forma bastante lóbrega y con los mínimos materiales. Siguen sin recibir los 37.407 euros que ingresaron a esta empresa por una casa que nunca les construyó.

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