Que el Carnaval urbano de Cangas está lejos de sus años dorados volvió a constatarse ayer por la tarde en el desfile que partió de la casa consistorial y que remató con una fiesta infantil en los jardines de Félix Soage. En el acto participaron centenares de personas con disfraces coloristas, aunque los distintos grupos y murgas echaron en falta a una buena parte de sus efectivos. "Esto ya no es lo que era, pero no se puede dejar caer aún más", sintetizaba un integrante de una de las dos murgas que pusieron música a las celebraciones.

Máis ou menos, de O Hío, abrió la comitiva con sus integrantes envueltos en batas blancas y seguidos por un grupo de niños y niñas usuarios de la ludoteca, embuchados en sus trajes de caramelos Sugus, y a continuación los representantes del colegio Eduardo Pondal y del CEIP de Espiñeira, en Aldán. Tampoco faltó un grupo de mujeres de Adicam, ataviadas como folclóricas modernas y portando ramas de romero. Espontáneos disfrazados de los personajes de Star Wars, Las Mil y Una Noches o tribus trogloditas mezclaron con grupos de gaitas, que también portaba la comparsa Marcha Loca, que va de sota de bastos. El Anpa de San Roque o los emoticonos de Coiro tampoco se perdieron la troula, que incluyó vivas a las gentes de las parroquias -Cíes incluida- desde el palco de la música.

Además del centro urbano, O Hío y Aldán también estrenaron su Carnaval el fin de semana, aunque los días grandes empiezan hoy.