El concejal de Medio Ambiente de Moaña, Odilo Barreiro, denuncia que este pasado viernes se volvió a producir un vertido de una sustancia grasienta en el regato del Rialdarca, que nace en la zona alta de Sanchelán y desemboca en el Pontillón, en la zona del casco urbano. Asegura el concejal que estos vertidos se están sucediendo y que el anterior se produjo en junio. En aquella ocasión, asegura que acudió una unidad de la Policía Autonómica, perteneciente al grupo MAN, que concluyó en su informe que no se podía precisar el origen del vertido.

Desde Augas de Galicia, el responsable de vertidos de este organismo, manifiesta que ya tienen conocimiento de los vertidos por anteriores denuncias y que se están realizando distintas gestiones para la localización del origen.

Desde el gobierno local de Moaña muestran su "profundo malestar" porque ocho meses después, vuelven a repetirse los hechos "e permanecemos sen noticias das posibles causas da súa orixe". Por esta razón, el concejal Odilo Barreiro exige a Augas de Galiza, como organismo responsable del control de una zona tan sensible como ésta, que lo antes posible proceda a realizar la correspondiente investigación exhaustiva que concluya con la detección del origen del vertido y la consiguiente sanción a los infractores.

La zona de Rialdarca, tal y como recuerda el concejal, supone uno de los espacios recuperados para uso y disfrute de los vecinos de Moaña, que además cuenta con un lavadero que todavía es utilizado por los residentes de la zona y que cada vez que se produce un vertido queda inutilizado. Insiste en que además, esto no es lo más grave, sino que con este tipo de vertidos se causa un grave perjuicio a la fauna y flora del regato y el agua que se utiliza para el regadío, resulta contaminada, como la de la fuente.

Los vecinos han constatado en varias ocasiones la muerte de truchas, al encontrarse ejemplares muertos en el lavadero. Odilo Barreiro asegura que es la tercera vez que los vecinos, tras detectar un olor a gasóleo, encuentran peces muertos. Sospechan que los vertidos proceden de un tubo que vierte debajo del paso subterráneo de la carretera